Si los políticos se preguntan por qué la distancia que hay entre ciudadanos e institutos políticos, la respuesta es muy sencilla.
En épocas en las que no hay elecciones, poco se sabe de sus acciones en favor de pueblos, ciudades y país; mientras que, en época electoral, todo se trata de ganar mediante ayudas efímeras, promesas huecas y, eso sí, mucha, pero mucha porquería en las guerras sucias que libran los partidos para hacerse del poder y el presupuesto.
Y tan-tan, el ciclo se repite ad infinitum y las cosas marchan como siempre.
Mientras el resto de mexicanos trabajan, los políticos hacen lo propio, pero para sí mismos y los grupos de poder que representan.
La inseguridad sigue igual, la violencia de los grupos criminales se agudiza, la economía sangra, las condiciones de calles y carreteras es deplorable, la contaminación aumenta en todos lados, la burocracia es tan ineficiente como siempre y todo problema urgente de resolver se posterga.
La culpa siempre la tiene el que salió y quien entra no hace nada, por lo que se convertirá en el próximo culpable para quien lo suceda.
Agregado a esta ridícula forma de vida de los mexicanos, ahora se suma la incertidumbre ocasionada por Donald Trump. Y nadie hace nada.
Cómo no quieren que haya distancia, si mientras ellos se benefician obscenamente, el resto trabaja.
Twitter: @adejorge
En épocas en las que no hay elecciones, poco se sabe de sus acciones en favor de pueblos, ciudades y país; mientras que, en época electoral, todo se trata de ganar mediante ayudas efímeras, promesas huecas y, eso sí, mucha, pero mucha porquería en las guerras sucias que libran los partidos para hacerse del poder y el presupuesto.
Y tan-tan, el ciclo se repite ad infinitum y las cosas marchan como siempre.
Mientras el resto de mexicanos trabajan, los políticos hacen lo propio, pero para sí mismos y los grupos de poder que representan.
La inseguridad sigue igual, la violencia de los grupos criminales se agudiza, la economía sangra, las condiciones de calles y carreteras es deplorable, la contaminación aumenta en todos lados, la burocracia es tan ineficiente como siempre y todo problema urgente de resolver se posterga.
La culpa siempre la tiene el que salió y quien entra no hace nada, por lo que se convertirá en el próximo culpable para quien lo suceda.
Agregado a esta ridícula forma de vida de los mexicanos, ahora se suma la incertidumbre ocasionada por Donald Trump. Y nadie hace nada.
Cómo no quieren que haya distancia, si mientras ellos se benefician obscenamente, el resto trabaja.
Twitter: @adejorge
Comentarios
Publicar un comentario
Hacer un Comentario