Otro gran riesgo que enfrenta el archipiélago lo constituye el interés de varias naciones por realizar exploraciones para extraer minerales en aguas internacionales del Océano Pacífico.
Desde el año 2016, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, agencia perteneciente a las Naciones Unidas que se encarga de desarrollar reglamentos y procedimientos relacionados con la extracción de minerales en el fondo marino, fuera de los límites de jurisdicción nacional, otorgó concesiones de exploración en aguas internacionales que colindan con la zona económica exclusiva de México, muy cerca del archipiélago de Revillagigedo.
Al menos 32 naciones, entre ellas, Francia, Japón, China, India, Reino Unido, Alemania, Singapur y consorcios de Rusia y Estados Unidos, tienen interés en extraer estructuras polimetálicas conocidas como nódulos de manganeso.
Del tamaño de una papa, se encuentran en el lecho marino, a una profundidad de 4 mil metros. Los nódulos contienen altas concentraciones de cobre, níquel, cadmio, oro, plata hierro y cobalto, minerales altamente codiciados.
“México debe tener la gran preocupación de que todos los estudios de conservación que hagan fuera de jurisdicción nacional, y dentro, siempre visualicen el que la calidad del ambiente marino, la riqueza de la diversidad biológica no se vaya a impactar”, explica Elva Escobar Briones, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM.
Los investigadores señalan los riesgos que enfrentan las especies que habitan en las Islas Revillagigedo y salen de aguas nacionales para migrar a otras áreas de reproducción.
Al barrer el fondo marino para la extracción de los minerales se alteraría el estrato en el cual viven las especies marinas.
Como resultado del dragado se producirá una nube de partículas de diversos sedimentos que pueden sepultar a organismos causando su muerte. Dicho sedimento obstruirá la penetración de la luz solar en el agua cambiando su oxigenación, afectando la producción de plancton, alimento de las ballenas.
El ruido durante la extracción del mineral podría afectar a los cetáceos y tiburones en sus rutas migratorias.
Otros factores de riesgo serían los residuos químicos vertidos al mar tras los procesos de extracción de minerales y la contaminación causada por los combustibles empleados por las embarcaciones y la maquinaria, consistente en removedoras, excavadoras y dragas.
Ante estos riesgos y el creciente interés por extraer minerales del fondo marino nacional, el gobierno de México declaró como Área Natural Protegida, con el carácter de Reserva de la Biósfera, la región marina profunda a partir de los 800 metros bajo la superficie media del mar y hasta el fondo marino.
“Se protege ya con una visión de largo plazo el que no se pueda hacer ninguna exploración y explotación de hidrocarburos, ni de también ninguna exploración o explotación de minería en esa zona”, explica Alejandro del Mazo Maza, comisionado nacional de Áreas Naturales Protegidas.
Con esta medida se protegen 50 millones de hectáreas de mar profundo en aguas territoriales del Océano pacífico.
Octavio Aburto Oropeza es investigador en el Instituto de Oceanografía Scripps de La Jolla, en California. Durante 10 años ha estudiado la fauna marina en el Archipiélago de Revillagigedo. Fundador de la organización Mares Mexicanos, sugiere que el decreto debería contemplar la protección del mar profundo del Pacífico a partir de los 400 metros y no de 800.
“Si no le damos otro marco de protección al Archipiélago de Revillagigedo pronto vas a ver esas extracciones, porque esas extracciones pueden suceder por arriba de los 800 metros”.
Ante el posible impacto ambiental por la extracción de minerales en aguas internacionales que colindan con el Pacífico mexicano, el gobierno de México participa en la Comisión Jurídica y Técnica de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos.
El Archipiélago de Revillagigedo aún guarda secretos en sus profundidades. Aún falta mucho por conocer, por descubrir. Un santuario que contiene uno de los ecosistemas mejor conservados del planeta. Sin embargo, enfrenta peligros que hacen temer por su sobrevivencia. Conservarlo, protegerlo, será en beneficio de la ciencia y un legado para las futuras generaciones.
Santos Mondragón
Vía: Televisa.
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