El hombre recorría el bosque con un detector de metales, cuando halló la joya de oro, adornada con un enorme zafiro y grabada a ambos lado con imágenes religiosas.
Thomson informó a las autoridades del condado sobre su hallazgo y consultó a subastadores, quienes le sugirieron un precio de entre 25.000 y 85.000 dólares por el anillo.
La joya está siendo sometida a pruebas en el Museo Británico, para que pueda ser formalmente clasificado como un tesoro, informó Dot Boughton, especialista de la Universidad de Lancashire, quien añadió que la apariencia de la piedra preciosa de la sortija es muy similar a una usada en la tumba del arzobispo de Canterbury, William Whittlesey, fallecido en 1374.
Mark Thompson está a la espera de conocer el valor histórico de la pieza; con lo cual se determinará si se pondrá a la venta al público o formará parte de la colección de un museo.
Vía: MVS.
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