Waddell se convirtió en una celebridad entre los desamparados de la ciudad por su estilo de vida. En su campamento tiene sillones, sanitarios y hasta un jacuzzi.
El sujeto recibe a sus visitantes en bata de baño, como si estuviera en un hotel de lujo, y un vaso de licor en la mano.
“Decidí que quería vivir como el resto del mundo, hacer algo bueno de lo que es mi casa”, dijo Waddell al diario Los Angeles Times.
El hombre sobrevive vendiendo hot dogs y de tomarse selfies con la gente que se sorprende con su estilo de vida.
En un video el hombre incluso muestra una ‘habitación’ adicional, que alquila por 25 dólares la noche.
Vía: La Opinión.
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