"La designación de un embajador es un paso adelante de sentido común hacia una relación más normal y productiva entre nuestros dos países", dijo Obama, según un comunicado de la Casa Blanca.
Obama elogió el papel de DeLaurentis durante el acercamiento diplomático entre los dos países, anunciado en diciembre de 2014.
"No hay un servidor público más adecuado para mejorar nuestra habilidad de atraer al pueblo cubano y hacer avanzar los intereses estadounidenses en Cuba que Jeff", añadió el mandatario.
En julio de 2015, La Habana y Washington restablecieron relaciones diplomáticas después de más de medio siglo, y en marzo de este año Obama se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos en visitar la isla en 88 años.
DeLaurentis aún deberá ser confirmado por el Senado, controlado por los adversarios republicanos del mandatario.
El senador republicano Marco Rubio, presidente de la subcomisión del Hemisferio Occidental, expresó su oposición a la nominación de DeLaurentis.
"Un embajador estadounidense no va a influenciar al gobierno cubano, que es una régimen dictatorial y cerrado", dijo en un comunicado.
El exaspirante presidencial señaló que la nominación de DeLaurentis "no debe llegar a ningún lado hasta que el régimen de los Castro realice avances significativos e irreversibles en derechos humanos y libertades políticas".
El restablecimiento de relaciones entre los dos países ha traído la reanudación de vuelos comerciales tras más de 50 años, así como una mayor cooperación en correos y migración.
Pero pese a la reactivación de los lazos diplomáticos Cuba todavía soporta el embargo económico que le impuso su otrora enemigo en 1962, y reclama la devolución del territorio de Guantánamo, que Estados Unidos desde 1903 y donde mantiene una base naval.
Vía: La Jornada.
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