Según Javier Aranceta, que realizó la presentación, es fundamental que los hábitos ya no sólo se centren en el consumo de los alimentos: tienes que ir más allá y entender que todo forma parte de un procesos que repercutirá irremediablemente en tu salud. No sólo es lo que te echas entre pecho y espalda, sino cómo cocinas, cuándo comes, cuánto ejercicio haces... Estas y otras cosas llegan a tener un impacto superior al 40% en tu salud. Ahí van algunas de las indicaciones:
Realiza actividad física:
Sabemos que eres de los que hacen ejercicio a diario, pero ahora es ya un must. Dedícale una hora al día, aunque sea aplicándote el mínimo de los 10.000 pasos diarios (¿te leíste nuestro artículo?).
Mantén tu equilibrio emocional:
Cuando estás triste pierdes el apetito y cuando estás ansioso comes de más, y es que tu ánimo condiciona la alimentación. Este estado de ánimo también incide cuando compras, eliges tus menús y los comes: realiza una “alimentación consciente”, deja de lado tus sentimientos y pon cabeza. Comer bien acompañado, siempre es bueno.
Mantén tu balance energético:
Conserva el equilibrio entre lo que te tragas y lo que gasta tu metabolismo basal, la termogénesis y la actividad física que realizas. Pon en punto muerto la lucha entre ingesta energética y el gasto energético. Cuidado con las raciones, las veces que comes –recomendado 5 al día– y cuándo las comes. ¿Un ejemplo? Recuerda que necesitas mucha energía al despertar y el desayuno es fundamental.
Usa técnicas culinarias saludables:
Al vapor es la más sana, pero también te sirve hervir, hacer a la plancha o al horno. La fritura es casi el demonio, cae en ella lo mínimo. Asimismo usa recipientes de buenos materiales y que no estén dañados para no acabar comiéndote partículas de ellos en tus comidas. Los mejores recipientes son los de cristal y de utensilios mejor los de silicona y madera.
Bebe agua:
No te convertirás en rana y tu cuerpo te lo agradecerá. Como mínimo tómate unos 4 -6 vasos de agua al día. Lo ideal es llegar a una media de 2,5 litros, por lo que puedes complementar el agua con otros líquidos como zumo o té.
Cuida lo que comes:
Literal, busca productos de calidad como los alimentos de temporada, frescos, de cercanía y mira el etiquetado nutricional. Además, piensa que como en casa no se come en ningún lado, controlarás perfectamente lo que te metes. (¿Leíste nuestro post '¿Quieres mejores resultados? Compra mejores alimentos'?)
Vía: Mens Health.
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