Elementos de la Gendarmería Nacional en Tamaulipas, están involucrados en una presunta ejecución extrajudicial a un ciudadano tamaulipeco, mismo al que se presume le sembraron droga para involucrarlo con la delincuencia organizada.
La noche del pasado sábado 22 de agosto, se registró una persecución entre los gendarmes y una camioneta de lujo tripulada por un solo hombre; la situación de riesgo, inició en la playa de Miramar y culminó en la puerta uno de la Refinería Madero, allí precisamente donde quedo abatido el solitario hombre de 31 años al que luego se le identificó como José Miguel Ángel López, un tampiqueño que regresó de Estados Unidos a su ciudad natal para trabajar en una empresa naviera ligada a la industria petrolera, Ángel López, trabajó en una de esas embarcaciones que Pemex renta en dólares la hora.
A una semana de estos hechos, familiares y amigos del presunto delincuente, marcharon desde la Puerta Uno de la Refinería, hasta la Presidencia Municipal, para exigir el esclarecimiento del supuesto crimen y para dejar bien claro, según sus amigos que José Miguel Ángel López, ni vendía droga a los turistas en la playa, ni portaba armas como informó en un comunicado de prensa la Comisión Nacional de Seguridad.
“la Gendarmería nos está matando” señalaron en algunas de la cartulinas que portaban los manifestantes, que ciertamente no eran muchos pues ya que la mayoría de los familiares y amigos de José Miguel Ángel López, sigue haciendo su vida en el Estado de Texas, Estados Unidos, allá de donde nunca debió volver, comentaron quienes convivieron con él aquí en el sur de Tamaulipas durante sus últimos cuatro años de vida, “antes de ser asesinado por la Gendarmería”, aseguraron durante la manifestación y plantón realizado este domingo.
Para el Gobierno Federal, la muerte del joven de 31 años forma parte de la lucha contra el crimen organizado, venta y trasiego de drogas en Tamaulipas; para los manifestantes, se trata de una ejecución extrajudicial y un acto criminal de parte de los gendarmes quienes además de todo, le sembraron droga para encubrir su asesinato, pues aseguran que este chavo no era gramero, ni “chapulin”, no era más que uno de tantos que gustaba de ir a la playa para tomarse unas cheves con su novia y amigos, eso sí, enojón e impulsivo que lo pudo orillar a enfrentarse desde su vehículo contra los gendarmes.
Los restos del joven, fueron velados esta misma semana en los Estados Unidos, mientras que en México, apenas nace otro conflicto entre ciudadanos y policías.
davidcastellanost@hotmail.com
La noche del pasado sábado 22 de agosto, se registró una persecución entre los gendarmes y una camioneta de lujo tripulada por un solo hombre; la situación de riesgo, inició en la playa de Miramar y culminó en la puerta uno de la Refinería Madero, allí precisamente donde quedo abatido el solitario hombre de 31 años al que luego se le identificó como José Miguel Ángel López, un tampiqueño que regresó de Estados Unidos a su ciudad natal para trabajar en una empresa naviera ligada a la industria petrolera, Ángel López, trabajó en una de esas embarcaciones que Pemex renta en dólares la hora.
A una semana de estos hechos, familiares y amigos del presunto delincuente, marcharon desde la Puerta Uno de la Refinería, hasta la Presidencia Municipal, para exigir el esclarecimiento del supuesto crimen y para dejar bien claro, según sus amigos que José Miguel Ángel López, ni vendía droga a los turistas en la playa, ni portaba armas como informó en un comunicado de prensa la Comisión Nacional de Seguridad.
“la Gendarmería nos está matando” señalaron en algunas de la cartulinas que portaban los manifestantes, que ciertamente no eran muchos pues ya que la mayoría de los familiares y amigos de José Miguel Ángel López, sigue haciendo su vida en el Estado de Texas, Estados Unidos, allá de donde nunca debió volver, comentaron quienes convivieron con él aquí en el sur de Tamaulipas durante sus últimos cuatro años de vida, “antes de ser asesinado por la Gendarmería”, aseguraron durante la manifestación y plantón realizado este domingo.
Para el Gobierno Federal, la muerte del joven de 31 años forma parte de la lucha contra el crimen organizado, venta y trasiego de drogas en Tamaulipas; para los manifestantes, se trata de una ejecución extrajudicial y un acto criminal de parte de los gendarmes quienes además de todo, le sembraron droga para encubrir su asesinato, pues aseguran que este chavo no era gramero, ni “chapulin”, no era más que uno de tantos que gustaba de ir a la playa para tomarse unas cheves con su novia y amigos, eso sí, enojón e impulsivo que lo pudo orillar a enfrentarse desde su vehículo contra los gendarmes.
Los restos del joven, fueron velados esta misma semana en los Estados Unidos, mientras que en México, apenas nace otro conflicto entre ciudadanos y policías.
davidcastellanost@hotmail.com