El reciente discurso que dirigió el presidente Enrique Peña Nieto a la militancia del PRI llevo a mi mente un grandioso recuerdo de cómo se manejaban los asuntos políticos antes de los doce años de interrupción blanquiazul, este discurso atentamente escuchado por medios de comunicación pero sobre todo por la militancia por la importancia de los tiempos, se acerca el momento de designar al nuevo presidente nacional del PRI.
Muchos se van con el mensaje que dio el presidente cuando se refirió a que el PRI requería renovarse, de que el PRI requiere liderazgo joven entre otras palabras, inmediatamente la gente comenzó a apuntar a quienes consideran “jóvenes” que se encuentren dentro del gabinete y descartaron automáticamente a quienes no encajan en el renglón, sin embargo hay que decirlo así es como se manejó siempre el PRI, aquel simbolismo oculto entre las palabras de un discurso que casi como por acto de magia ponen a alucinar a todos -sobre todo a los políticos- esta incertidumbre motiva a que se piense que ya el líder máximo del partido pensó a quien darle su voto partidista.
No obstante hay que recordar aquel pensamiento de Don Pancho Galindo Ochoa, cuando menciona aquellos personajes políticos que se consideran como el caballo negro, pues así es la política como una carrera de caballos justo cuando pensamos quien es el bueno aparece el caballo negro y nos deja como completos tontos. Aquellos tiempos de simbolismo político han vuelto y dejan ver nuevamente el poder con el que regresa el PRI, regresó el PRI con el poder de decir todo y que no se sepa nada y viceversa.
Es solo mi sentir.
Muchos se van con el mensaje que dio el presidente cuando se refirió a que el PRI requería renovarse, de que el PRI requiere liderazgo joven entre otras palabras, inmediatamente la gente comenzó a apuntar a quienes consideran “jóvenes” que se encuentren dentro del gabinete y descartaron automáticamente a quienes no encajan en el renglón, sin embargo hay que decirlo así es como se manejó siempre el PRI, aquel simbolismo oculto entre las palabras de un discurso que casi como por acto de magia ponen a alucinar a todos -sobre todo a los políticos- esta incertidumbre motiva a que se piense que ya el líder máximo del partido pensó a quien darle su voto partidista.
No obstante hay que recordar aquel pensamiento de Don Pancho Galindo Ochoa, cuando menciona aquellos personajes políticos que se consideran como el caballo negro, pues así es la política como una carrera de caballos justo cuando pensamos quien es el bueno aparece el caballo negro y nos deja como completos tontos. Aquellos tiempos de simbolismo político han vuelto y dejan ver nuevamente el poder con el que regresa el PRI, regresó el PRI con el poder de decir todo y que no se sepa nada y viceversa.
Es solo mi sentir.
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