Jonathan es inquieto y en cuanto escuchó la explosión acudió al lugar de los hechos para ayudar, pero su mamá, Valeria Tobón Ruiz, no le permitió meterse dentro del inmueble a pesar de que no había barrera física que lo impidiera.
No obstante, el joven estudiante de quinto grado de la primaria José Arturo Pichardo conseguía palas, agua, cobijas o lo que le pidieran los paramédicos al tiempo que removía escombros con sus manos.
La oportunidad de Jonathan llegó cuando un paramédico salió corriendo del hospital con un bebé en brazos, el cual había rescatado de los escombros y lo llevaba para que le brindaran atención médica.
Yo estaba ahí cuando vi que salió el paramédico y se tropezó muy fuerte y no había nadie para ayudarlo”, narró a Excélsior el menor.
Inmediatamente Jonathan corrió para auxiliarlo y el paramédico, quien se lastimó, le pidió que tomara al bebé y lo pusiera a salvo.
Yo tomé al chiquito y corrí hacia la calle, como unos 100 metros aproximadamente, hasta que me encontré con las ambulancias y lo entregué a los médicos”.
Después de que se enteraron de su acto heroico el Agrupamiento Topos acudió a su casa donde le entregaron una camisa y lo nombraron “Topo Menor”.
Yo de grande quiero ser ‘Topo’ o Médico Forense, hoy fui nombrado ‘Topo Menor’ porque ayudé a rescatar al bebé y llegaron los ‘Topos’ a mi casa y me regalaron una camiseta”, explicó orgulloso el pequeño.
Jonathan vive en el número 45 de la Cerrada 16 de Septiembre, colonia Contadero, en una casa de lámina y tabique que renta su mamá por mil 500 pesos al mes. Tiene dos hermanos, Fernanda de ocho años y Diego de seis.
Su madre, de tan sólo 27 años, es originaria de Orizaba, Veracruz, y está separada del padre de los niños, quien partió a los Estados Unidos de Norteamérica hace tres años y les manda 300 pesos a la semana.
Pero Jonathan no se considera un niño vulnerable. Es parte del programa Niños Talento del DIF de la Ciudad de México, ya que mantiene un promedio de diez en la escuela.
Gamaliel Martínez Pacheco, director del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) del DF, lo visitó en su casa el viernes y después de felicitarlo le prometió a la familia ayudarla en las gestiones para conseguir una vivienda digna.
También le proporcionó una despensa a la familia y dijo que analizará la posibilidad de ingresar a su hermana Fernanda al programa Niños Talento.
Jonathan es fan del Club América y además de ir a la escuela ayuda a su mamá, quien elabora tortillas de harina en su casa y las vende en las tienditas de la colonia.
La madre también debe trabajar en una taquería por las noches para completar el gasto para sus tres hijos.
El pequeño se siente orgulloso de ayudar a su mamá: “Sé hacer trabajos de albañil, le ayudo a mi mamá con las tortillas de harina y en lo que puedo”.
Logró grabar la explosión
La prioridad fue sacar a los bebés de los cuneros aplastados, relató Pablo Armando Olivares, quien grabó el momento justo de la explosión en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa y logró rescatar a ocho recién nacidos.
En entrevista con Adela Micha para Grupo Imagen Multimedia, señaló que por azares del destino pasaba por el lugar cuando se percató de un fuerte olor a gas.
Había una pipa de los bomberos y adentro del hospital una pipa de gas, olía a gas, ya picaba el gas, se me hizo raro, saqué el teléfono y empecé a grabar. Yo venía con un compañero, estábamos grabando y a los pocos minutos fue cuando explotó, casi nos tira”.
Olivares comentó que apenas habían pasado cuatro minutos cuando se produjo la explosión y él y su amigo se acercaron por la parte trasera del hospital, que colinda con un baldío.
Intentamos por el lado de un kínder, hay una cancha de futbol y de ahí nos asomamos, nos echamos a correr por un terreno baldío que da a espaldas del hospital y empezamos con el rescate de ocho niños recién nacidos de cuneros (...) porque la parte más derrumbada fue la de los cuneros, eso fue nuestra prioridad, sacar a los bebés de los cuneros aplastados”, refirió. “Los bomberos estaban del lado de la pipa para tratar de sofocar el fuego”.
No puede recuperar a su bebé
El cuerpo de la bebé que había sido rescatada con vida por el policía auxiliar Mauro Vera Suárez, de entre los escombros del Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, ya fue identificado por su madre de 16 años, pero no ha podido ser entregado por trámites administrativos en el Incifo.
Fuentes de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) informaron que su madre, identificada como Julie Flores Rodríguez, se puso en contacto después del fallecimiento de la niña, reportado a las 17:00 horas del jueves por fractura craneal en el Hospital Pediátrico de Legaria.
Los éxamenes de ADN que se le practicaron a Julie fueron de urgencia y tardaron 15 horas, por lo que en la mañana de ayer (viernes ) se determinó su parentesco.
A pesar de eso, el cuerpo fue trasladado al Instituto de Ciencias Forenses, donde permanece por complicaciones administrativas.
La joven madre manifestó su deseo de que la niña sea velada en el domicilio familiar y luego cremada.
La Secretaría de Seguridad Pública capitalina (SSPDF) informó que el oficial Mauro Vera Suárez, con la placa de servicio 742152, participó en el rescate de por lo menos otros tres bebés, y que tiene 23 años de servicio dentro de la Secretaría.
Ximena Mejía
Si vive, será un milagro
Virginia Sendel, presidenta de la Fundación Michou y Mau, afirmó que será “un milagro” si logra sobrevivir el bebé prematuro que fue trasladado a Galveston, Texas, la madrugada de este viernes con quemaduras en más de 50 por ciento de su cuerpo.
El bebé tenía 28 semanas, fue prematuro, ni siquiera había cumplido un día y tenía 50 por ciento de superficie corporal quemada; afortunadamente vino un doctor de Galveston, logramos traer una incubadora especial para trasladarlo y una doctora neonatal mexicana (...) Este chiquito, si la logra, va a ser un milagro”.
En entrevista con Adela Micha para Grupo Imagen Multimedia, Sendel explicó que espera el reporte médico del hospital de Galveston, para saber cómo se encuentra el bebé que sufrió quemaduras de segundo y tercer grado tras la explosión de una pipa de gas en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa.
Lo estaban atendiendo bien en el hospital, pero obviamente no tiene la capacidad para atender a una criatura severamente quemada. Deben de haber salido en la madrugada, como a las dos o tres de la mañana si ya estaba estabilizado, y estoy esperando a que me reporte el hospital cómo llegó”.
Sendel afirmó que ella y su equipo buscaron en los distintos hospitales para ubicar a víctimas que resultaron con quemaduras. Agregó que un médico de Galveston se quedó en México para trasladar a otras víctimas.
Vía: Excélsior.
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