Antes que nada, un poco de teoría parlamentaria ayudará a aclarar la mente y las ideas. Según Bernardo Bátiz, un muy respetado y reconocido jurista mexicano, al hablar sobre los principios sustantivos del Derecho Parlamentario específicamente sobre el Principio de Representación; dicta que en nuestro sistema representativo los miembros del Congreso de la Unión gozan de ciertos atributos, entre los que destacan los siguientes:
Los representantes serán de toda la nación; su actuación como representantes es independiente de sus electores; el representante es pagado por el Estado y no por los votantes; los electores no podemos hacer renunciar al representante por la vía de la revocación de mandato y finalmente el representante no está obligado a rendir cuentas a quien lo eligió. Prácticamente la letra se cumple a cabalidad en nuestro sistema parlamentario; nuestros representantes gozan de carta abierta para hacer y deshacer, negociar, cabildear, chantajear y demás.
Sabiendo todo lo anterior y comprobando en la práctica que nuestros representantes al momento de rendir protesta en sus nuevos cargos automáticamente su mente, cuerpo y ego se trasladan a un peldaño cívico más allá del que gozamos todos los mortales y que sus persona debe ser tratada, estimada y alabada como un dios más del Olimpo; cómo será cuando los nuevos diputados independientes logren penetrar la barrera parlamentaria partidista para configurar un engrane más de la máquina legislativa. En teoría los diputados y senadores al configurarse en grupos parlamentarios se ajustan al protocolo del partido, me preguntó con quién se ajustarán los diputados independientes; ¿con todos los electores, con su circunscripción, con unos cuantos ciudadanos más? En todo caso caerían en el egoísmo y la mezquindad al llevar a cabo el último punto.
Sólo para presentar algunos datos, el Instituto Nacional Electoral tiene ya registrados a 122 candidatos independientes que podrán ser incluidos en el proceso para renovar a la Cámara de Diputados el próximo años. Este día lunes se dará a conocer a los candidatos que sí cumplieron legalmente y constitucionalmente con los requisitos para dichos cargos. No es casualidad que el Estado de México posea 19 inscripciones, seguido del Distrito Federal con 18 y Veracruz con 15. Todos aquellos a quienes se les de luz verde en su candidatura, necesitarán conseguir el 2% de las firmas de la Lista Nominal de Electores que corresponde al distrito electoral al que quieran representar.
El problema no es la forma en que lleguen a ocupar un curul de manera independiente, sino la forma en la que ejercerán dicho cargo. Dejo a su consideración si la ciudadanía en general estamos listos para que otros ciudadanos nos representen de manera apartidista, sin que se contagien de las malas prácticas ya conocidas por todos. El objetivo debe ser la inclusión de los ciudadanos más allá de los intereses que puedan tener otros diputados “de partido”; aunque desgraciadamente éstos pesan más a la hora de negociar.
Los representantes serán de toda la nación; su actuación como representantes es independiente de sus electores; el representante es pagado por el Estado y no por los votantes; los electores no podemos hacer renunciar al representante por la vía de la revocación de mandato y finalmente el representante no está obligado a rendir cuentas a quien lo eligió. Prácticamente la letra se cumple a cabalidad en nuestro sistema parlamentario; nuestros representantes gozan de carta abierta para hacer y deshacer, negociar, cabildear, chantajear y demás.
Sabiendo todo lo anterior y comprobando en la práctica que nuestros representantes al momento de rendir protesta en sus nuevos cargos automáticamente su mente, cuerpo y ego se trasladan a un peldaño cívico más allá del que gozamos todos los mortales y que sus persona debe ser tratada, estimada y alabada como un dios más del Olimpo; cómo será cuando los nuevos diputados independientes logren penetrar la barrera parlamentaria partidista para configurar un engrane más de la máquina legislativa. En teoría los diputados y senadores al configurarse en grupos parlamentarios se ajustan al protocolo del partido, me preguntó con quién se ajustarán los diputados independientes; ¿con todos los electores, con su circunscripción, con unos cuantos ciudadanos más? En todo caso caerían en el egoísmo y la mezquindad al llevar a cabo el último punto.
Sólo para presentar algunos datos, el Instituto Nacional Electoral tiene ya registrados a 122 candidatos independientes que podrán ser incluidos en el proceso para renovar a la Cámara de Diputados el próximo años. Este día lunes se dará a conocer a los candidatos que sí cumplieron legalmente y constitucionalmente con los requisitos para dichos cargos. No es casualidad que el Estado de México posea 19 inscripciones, seguido del Distrito Federal con 18 y Veracruz con 15. Todos aquellos a quienes se les de luz verde en su candidatura, necesitarán conseguir el 2% de las firmas de la Lista Nominal de Electores que corresponde al distrito electoral al que quieran representar.
El problema no es la forma en que lleguen a ocupar un curul de manera independiente, sino la forma en la que ejercerán dicho cargo. Dejo a su consideración si la ciudadanía en general estamos listos para que otros ciudadanos nos representen de manera apartidista, sin que se contagien de las malas prácticas ya conocidas por todos. El objetivo debe ser la inclusión de los ciudadanos más allá de los intereses que puedan tener otros diputados “de partido”; aunque desgraciadamente éstos pesan más a la hora de negociar.
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