No obstante, nos da peso, es la causa de las órbitas planetarias y de la creación misma de las estrellas, planetas y galaxias.
La presión gravitacional dentro de las estrellas hace que los átomos se unan para formar elementos.
La manzana de Newton
Isaac Newton no descubrió la existencia de la gravedad. Su contribución fue elaborar las leyes que describen sus efectos. El término "gravedad" ya se usaba para describir la fuerza que le da peso a los objetos antes de que él naciera, y grandes pensadores como Nicolás Copérnico y Johannes Kepler ya habían especulado sobre la atracción gravitacional.
La fuerza de la originalidad de Newton descansa en el hecho de que él la demostró matemáticamente, probó que era una fuerza universal y comprobó los efectos de la acción invisible a distancia.
La fuente de la historia de que el hilo de ideas que lo llevó a conseguir todo esto fue desencadenado por la caída de una manzana es nada menos que el filósofo del período de la Ilustración Voltaire, quien la oyó de los labios de la sobrina de Newton, Catherine, así que posiblemente es cierto.
El árbol asociado tradicionalmente con la anécdota se mantuvo erguido hasta 1860.
Los trenes gravitacionales
Si uno excavara un túnel que atravesara el planeta desde cualquier punto en la superficie hasta otro punto y brincara al hueco (y lograra contrarrestar los efectos de la fricción), le tomaría exactamente 42 minutos y 12 segundos llegar al otro lado.
Al llegar, se detendría momentariamente precisamente en el lugar correcto (es decir que ni saldría disparado afuera ni se quedaría atascado bajo tierra), antes de empezar a caer por el túnel en la dirección opuesta.
En la primera mitad del viaje, aceleraría debido a la fuerza de gravedad, y en la segunda mitad, desaceleraría, pero la inercia siempre lo llevaría al otro lado.
No es necesario ir por la mitad del planeta: ocurriría lo mismo si el túnel fuera de Londres a Moscú que de Londres a París o Sidney.
Por supuesto, esta posibilidad es puramente teórica en la Tierra. La magma del núcleo del planeta representaría un gran reto, así como la atmósfera, que implicaría mucha resistencia del aire.
Un cuerpo celeste como la Luna, sin embargo, no tiene un núcleo ardiente pero sí una atmósfera delgada, así que quizás sí sea posible instalar un tren gravitacional allá.
Atravesar la Luna tomaría exáctamente 53 minutos, un viaje más largo que el de la Tierra, a pesar de que la distancia es más corta. Esto se debe a que la Luna es mucho menos densa y la inercia sería menor.
Sándwich de Tierra
En todo caso, si uno quisiera construir un tren gravitacional que pasara por el centro de la Tierra, tendría que encontrar dos lugares que estuviera directamente opuestos -antípodas- y ambos tendrían que estar en tierra firme.
Como el 70% de la superficie de la Tierra está bajo agua, esos pares son inusuales, un hecho que inspiró el reto "Sándwich de Tierra".
El reto fue idea del satirista estadounidense Ze Frank quien dijo: "Nunca antes se han puesto dos pedazos de pan simultáneamente en el suelo en dos lugares opuestos del planeta, para hacer un sándwich de Tierra. Probablemente el hecho de que la Tierra nunca ha sido un sándwich es la razón por la que las cosas están tan mal".
A continuación, desafió a su audiencia a hacer uno. Los ganadores, dos hermanos canadienses llamados Jonathan y Duncan, lograron hacerlo en 2006 poniendo la mitad de un pan en España y la otra en Nueva Zelanda.
Desafortunadamente, también provocaron una feroz controversia pues usaron un pan francés, pero nunca se aseguraron de que estaban poniendo las dos mitades -en lugares opuestos del mundo- en la misma dirección, así que nunca se sabrá si realmente pudieron hacer un sándwich o si ambas partes quedaron cruzadas formando una X.
Antípodas y no tanto
Otros lugares posibles para hacer tales sándwiches incluyen...
- Indonesia y Colombia
- China y las Falklands/Malvinas
- Australia y Bermudas
- Groenlandia y Antártica
Las ciudades Peking y Canton en Illinois, Estados Unidos, tienen esos nombres pues se creía que eran las antípodas de esos lugares en China... pero no es así.
La Meca es casi antípoda del Atolón de Tematangi, en la Polinesia Francesa. Es deshabitado, pero si un musulmán llegara allá, en teoría debería poder rezar hacia cualquier lado pues siempre estaría en dirección a La Meca.
Vía: BBC Mundo.
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