El Presidente Enrique Peña Nieto al participar en la Asamblea General de la ONU en Nueva York afirmó que México apoya todas las operaciones de dicho organismo para el mantenimiento de la paz, así como la ayuda que otorga a los países que se encuentran en conflictos a través de asistencia humanitaria, seguridad y reconstrucción. En tanto que EPN aseguró que México participará activamente en las operaciones de paz y se pone a disposición del organismo bajo las condiciones que imponga el Consejo de Seguridad.
El Presidente siguiendo con su proyecto reformista, no perdió la oportunidad de expresar su postura pidiendo a los líderes mundiales ahí reunidos, una renovación de la ONU, especialmente sobre el Consejo de Seguridad; de igual forma pidió la ratificación del Tratado sobre el Comercio de Armas. A grandes rasgos expresó que la ONU debe de cambiar para mejorar, hay que mover a la ONU, pero ¿para dónde?
¿Pero qué sucede entonces con el artículo 89 de la Constitución? donde entre las atribuciones del presidente, éste debe seguir ciertos principios normativos como lo son la autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacífica de las controversias. Pues resulta que si los mexicanos que integren los Cascos Azules sólo participan en labores humanitarias no se estaría violando ningún decreto constitucional; y todo ello nos lo deja muy claro el Senador Emilio Gamboa quién aprueba –obvio- le decisión del presidente y afirma que toda la participación de México en la ONU tendrá un estricto apego a la política exterior constitucional.
De cumplirse a cabalidad la participación de efectivos mexicanos en labores humanitarias, México estaría consolidando su participación diplomática en la mayor tribuna internacional. México sí tiene un buen ejército, pero ¿está preparado para ayudar a otros países? Está por verse.
El Presidente siguiendo con su proyecto reformista, no perdió la oportunidad de expresar su postura pidiendo a los líderes mundiales ahí reunidos, una renovación de la ONU, especialmente sobre el Consejo de Seguridad; de igual forma pidió la ratificación del Tratado sobre el Comercio de Armas. A grandes rasgos expresó que la ONU debe de cambiar para mejorar, hay que mover a la ONU, pero ¿para dónde?
¿Pero qué sucede entonces con el artículo 89 de la Constitución? donde entre las atribuciones del presidente, éste debe seguir ciertos principios normativos como lo son la autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacífica de las controversias. Pues resulta que si los mexicanos que integren los Cascos Azules sólo participan en labores humanitarias no se estaría violando ningún decreto constitucional; y todo ello nos lo deja muy claro el Senador Emilio Gamboa quién aprueba –obvio- le decisión del presidente y afirma que toda la participación de México en la ONU tendrá un estricto apego a la política exterior constitucional.
De cumplirse a cabalidad la participación de efectivos mexicanos en labores humanitarias, México estaría consolidando su participación diplomática en la mayor tribuna internacional. México sí tiene un buen ejército, pero ¿está preparado para ayudar a otros países? Está por verse.
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