Cuando el primero de septiembre se recuerde el inicio de la Segunda Guerra Mundial también vendrá a la mente la perversa gesta nazi de buscar la creación de una “raza maestra”.
Lo más dramático, diría el historiador Edwin Black, es que valdría la pena recordar que la idea de una raza ideal blanca, rubia, de ojos azules, no era una idea nórdica ni originada con Hitler.
La meta, en ese sentido, surgió en Estados Unidos y sus mejores practicantes estuvieron en California, precisó el autor de los libros IBM and the Holocaust (IBM y el Holocausto) y War Against the Weak: Eugenics and America’s Campaign to Create a Master Race (La Guerra contra los Débiles: Eugenesia y la Campaña de Estados Unidos por crear una Raza Maestra).
La idea de la eugenesia es que la calidad de las poblaciones humanas puede y debe ser mejorada por prácticas selectivas mientras resulta viable también reducir la reproducción de indeseables.
Parte del problema está en quienes puedan o tengan el poder de hacer esa selección.
Pero el hecho es también que el eugenicismo quedó desacreditado por la forma en que los nazis buscaron desarrollarlo.
Y 50 años después, en Estados Unidos todavía se practicaba. Quizá de manera limitada a los delincuentes en prisión, como ocurrió en California entre 2006 y 2010, con 148 mujeres.
La esterilización en California, que afectó sobre todo a personas de grupos minorías étnicas, fue más de acuerdo con un movimiento popular a principios de siglo que con los sentimientos de después de la Segunda Guerra Mundial y menos con los presuntamente humanas prácticas de principios del siglo XXI.
La popularización del eugenicismo a fines del siglo XIX y parte del XX ocurrió sobre la tesis de que es posible mejorar la raza humana con base en el control natal y en concreto, con medidas como la prohibición de casamiento para personas con problemas mentales o defectos físicos.
De hecho, según al menos una versión fue producto del clima post-Guerra Civil estadunidense, cuando las fluctuaciones de la economía, los problemas raciales, la popularización de la teoría de la evolución y sobre todo la idea del darwinismo social.
La idea llevó incluso a la esterilización de personas recluidas en sanatorios mentales y de hecho a minorías, en especial los negros.
En alguna medida, casi pudiera decirse que tuvieron alguna inspiración en la genética, excepto que en ese tiempo la idea del ADN era apenas una teoría por comprobar.
Para 1935, unos 30 estados tenían leyes de esterilización obligatoria y de hecho la última legislación de ese tipo fue abolida en 1972, en Virginia. Todavía a principios de los 1920 había leyes que prohibían matrimonios entre personas de diferentes razas.
Más de 60 mil personas fueron afectadas, incluso más de siete mil mujeres por problemas como embriaguez, debilidad o defectos mentales, “inmoralidad” y, por supuesto, “inferioridad hereditaria”, como recordó el neurocientífico Dan Agin en un artículo divulgado por la página web de The Huffington Post el 24 de enero de 2009.
El propio autor anotó que para muchos estadunidenses, esos problemas están vinculados con creencias racistas, especialmente contra la minoría negra.
Pero el epicentro del movimiento eugenicista estadunidense estuvo en California y por tanto tenía un panorama más amplio. La propuesta incluía orientales, hispanos, judíos, indígenas y europeos del este.
De acuerdo con Black, Adolfo Hitler fue un admirador del programa estadunidense y en concreto del conservacionista (hoy sería llamado ecologista) Madison Grant, al que escribió una carta de felicitación por su libro The Passing of the Great Race. Grant era partidario de restringir la migración, esterilizar personas, segregar grupos y aún el exterminio de otros.
Grant no estaba solo. Algunos de los más importantes proponentes del movimiento, como el biólogo Charles Davenport, proponían el control de población mediante restricciones a la migración y esterilización de personas.
En un artículo publicado el nueve de noviembre de 2003 por The San Francisco Chronicle, Black consignó que en 1934, diez años después de que el estado de Virginia aprobara su ley de esterilización, Joseph deJarnette, superintendente del hospital estatal occidental de ese estado, escribió en el periódico Richmond Times Dispatch que “los alemanes nos derrotan en nuestro propio juego”.
En su momento el eugenicismo fue muy popular en los Estados Unidos. Considerado como una derivación de las teorías de Charles Darwin, entre quienes prestaron oídos a esas tesis estuvieron los presidentes Theodore Roosevelt y Woodrow Wilson, así como el inventor Alexander Graham Bell.
De acuerdo con Black y Agin, cada uno por su lado, algunos de los trabajos de investigación en Estados Unidos y Alemania fueron financiados en su momento por fundaciones como Carnegie, Kellogg, Rockefeller y Harriman.
Los trabajos estadunidenses fueron considerados como “inspiración” por los nazis y de hecho así lo dijeron durante los juicios de Nuremberg, recordó Black.
Pero al mismo tiempo es de subrayar que la primera ley del mundo específicamente contra la discriminación genética fue aprobada el 14 de octubre de 2003 por el Congreso estadunidense.
Vía: Excélsior.
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