En el sitio donde estaba un viejo McDonald's, entre los hangares y laboratorios del Centro de Investigación Ames de la NASA en Silicon Valley, se encuentra el centro de operaciones de un equipo de dudoso carácter de ingenieros y piratas informáticos que han cambiado el nombre del lugar a McMoon's.
Ahora, en vez de cajas registradoras y máquinas para hacer helados ahora hay viejos dispositivos de cinta y computadoras modernas. Este grupo de personas se han autodenominado tecnoarqueólogos y tienen una misión para recuperar y digitalizar fotos olvidadas que fueron tomadas en los años 60 por un quinteto de satélites lunares, como reportó Wired.
Según esa publicación especializada, desde 2007, el Proyecto de Recuperación de Imágenes del Orbitador Lunar (LOIRP) ha recuperado más o menos 2,000 fotos de 1,500 cintas magnéticas análogas.
Esas imágenes contienen las primeras fotografías de la historia en alta resolución tomadas desde detrás del horizonte lunar, entre ellas la primera fotografía de una salida de la Tierra. Gracias al conocimiento técnico y a la ingeniería del equipo en LOIRP, las imágenes se pueden ver en una mayor resolución de lo que fue posible anteriormente.
El origen
Entre 1966 y 1967, cinco orbitadores lunares tomaron fotografías en películas de 70 mm, desde más o menos 48 kilómetros sobre la luna. Los satélites fueron enviados principalmente para reconocer posibles sitios de aterrizaje para las misiones tripuladas a la luna.
Cada satélite enfocaría su cámara Kodak de lente doble hacia un objetivo, tomaría la fotografía y la revelaría. Luego, las fotografías en alta resolución eran escaneadas en tiras llamadas "framelets", utilizando algo parecido a un viejo lector de una máquina de fax, explicó Wired.
Las imágenes se transmitían en señales moduladas a una de tres estaciones receptoras en Australia, España o California, donde las imágenes -y las pláticas casuales de los operadores de la NASA- se grababan directamente en una cinta.
Después de haber terminado su misión, los satélites fueron destruidos bruscamente contra las rocas lunares, despejando el camino para el Apolo. La brillante y atrevida ingeniería era típica de la NASA durante su época dorada, una época en la que también tuvo vínculos más directos con otras agencias gubernamentales que tenían un interés en tomar fotografías desde el espacio.
Las fotos fueron almacenadas con una fidelidad sorprendentemente alta en las cintas, pero en aquella época tenían que ser copiadas desde pantallas de proyección al papel, a veces en tamaños tan grandes que se alquilaban bodegas e incluso viejas iglesias para poder colgarlas.
Los resultados eran bastante granulosos, pero lo suficientemente claros como para identificar sitios de aterrizaje y posibles riesgos. Después de imprimirlas en baja fidelidad, las cintas se almacenaban en cajas y eran olvidadas.
La recuperación
Cuando el grupo de Nancy Evans, exempleada de la NASA, supo que podía tener las cintas y los muy poco comunes drives Ampex FR-900 necesarios para leerlas, los tecnoarqueólogos entraron en acción.
Recuperaron las cintas de una bodega en Moorpark y las cosas empezaron a tomar forma. Financiando el proyecto de su propio bolsillo al principio, se pusieron a pensar cómo divulgar las imágenes atrapadas en las cintas.
Los drives tuvieron que ser restaurados y en algunos casos completamente reconstruidos usando los manuales o la guía de personas que los usaron. Los datos que recuperaron tuvieron que ser demodulados y digitalizados, lo que añadía más capas de dificultades técnicas.
Los framelets resultantes tuvieron que ser reconstruidos en Photoshop. Después de incontables problemas de ingeniería (como encontrar un químico substituto al aceite de ballena para lubricar las cabezas de las cintas), el equipo LOIRP pudo reproducir la famosa imagen de la 'salida de la Tierra'. Esto atrajo el primer financiamiento de parte de la NASA en 2008, y el equipo completó recientemente el procesamiento de toda la colección de cintas.
McMoon ahora es una operación altamente especializada, que mezcla tecnología vieja y nueva para decodificar varias cintas de la NASA y de la Biblioteca del Congreso de EU con las que nadie sabe qué hacer.
Con su adquirida capacidad de manejar químicos peligrosos, el viejo local de McDonald's se convirtió en el lugar apropiado.
Las imágenes recolectadas por LOIRP han probado entregar más información de la que ellos mismos buscaban. Sus datos han sido usados para corregir cifras sobre los niveles de hielo ártico de la Tierra, han ayudado a identificar fenómenos climáticos como El Niño en los 60.
Todas las imágenes y la información reunida por ellos está siendo introducida al Sistema de Datos Planetarios, un repositorio oficial en donde la información de las misiones LRO, Mars Observer, Climate Orbiter y muchas otras son documentadas.
Vía: CNN.
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