Luego de dos días de maratónicas negociaciones, Argentina no logró ayer llegar a un acuerdo con los acreedores de bonos soberanos y entró en un estado de cese de pagos (default), anunció el mediador Daniel Pollack, designado por el juez neoyorquino Thomas Griesa. Minutos después el ministro argentino de Economía, Axel Kicilof, daba una conferencia de prensa en la que negaba que el país esté en moratoria.
Esta mañana y esta tarde representantes de la República de Argentina encabezados por el ministro de Economía Axel Kicillof, y representantes del mayor grupo de acreedores adelantaron más negociaciones en mi oficina y en mi presencia (...) desafortunadamente no se logró un acuerdo y la República de Argentina caerá de inmediato en default", dijo Pollack.
Para no entrar en moratoria Argentina debe cancelar obligaciones por cerca de 540 millones de dólares con los bonistas que aceptaron las reestructuraciones en 2005 y 2010. Así lo hizo el 30 de junio, pero el juez Griesa congeló el dinero para forzarlo a saldar los 1,500 millones de dólares a los fondos que no renegociaron.
Para hacer el pago de intereses a la República de Argentina también se le requirió simultáneamente efectuar un pago gravable a los bonistas que no quisieron aceptar los canjes de 2005 y 2010" dijo Pollack. "La República de Argentina no cumplió con las condiciones y como resultado caerá en mora".
No obstante cualquier aseveración en sentido contrario, el default no es simplemente una condición técnica, sino una real y dolorosa que afectará a personas reales: aquellos que incluyen a argentinos comunes, los bonistas que entraron al canje (aquellos que no recibirán sus intereses) y los acreedores que no entraron al canje (quienes no recibirán los pagos que ganaron en las cortes''.
En moratoria,
y en negación...
En rueda de prensa el ministro de Economía Axel Kicillof dijo que no logró acuerdo con los fondos a los que el gobierno argentino llama "buitre" luego de una propuesta que le presentaron y que no comprometerá el futuro de los argentinos accediendo a sus condiciones.
Ofrecimos que entren al canje de 2007 y 2010, con lo que en las condiciones de hoy obtendrían una ganancia del 300 por ciento, pero no fue aceptada esa oferta porque quieren más", dijo el ministro durante una conferencia de prensa en el Consulado argentino en Nueva York, tras una extensa reunión con Pollack y representantes de los bonistas que ganaron la batalla legal bajo las leyes de Estados Unidos.
El juez Griesa ordenó la semana pasada que se adelantaran negociaciones sin interrupción para evitar que Argentina cayera en mora de sus pagos. Pese a ello el lunes no hubo diálogo y el martes las pláticas duraron horas y terminaron sobre las 23:30 hora local.
El ministro no descartó un arreglo entre particulares. "Pueden aparecer soluciones de este tipo (...) hay muchos terceros que podrían tener intereses en remediar esa situación", al referirse a la posibilidad de que surja una oferta de compra de los bonos en moratoria por parte de un grupo de bancos argentinos.
El gobierno de la presidenta argentina Cristina Fernández asegura que le es imposible cumplir con el pago a los litigantes debido a que estaría incurriendo en una violación de las obligaciones legales con los tenedores que aceptaron la reestructuración de la deuda derivada de los bonos, mismos que podrían presentar demandas contra el país por 120,000 millones de dólares si acepta acatar la orden del juez estadunidense.
Este problema se remonta a 1998 cuando Argentina entró en recesión y debía pagar un monto exorbitante de deuda externa que había contraído y a muy corto plazo.
Por ese motivo en 2001 ofreció un "mega canje" a través del cual cambió títulos de deuda que expiraban a corto plazo por otros que expiraban a más largo plazo pero con intereses más altos para tratar de evitar caer en moratoria en los pagos y cerrarse más puertas.
El "mega canje" no fue efectivo y en diciembre de 2001 el país declaró el cese de pagos de su deuda por aproximadamente 100,000 millones de dólares.
Esos bonos fueron reestructurados en 2005 y 2010 y muchos acreedores aceptaron las nuevas condiciones lo que representaba una disminución de sus ganancias.
Pero en 2008 otros inversionistas compraron algunos títulos de deuda que habían quedado en cese de pagos.
Standard & Poor´s es la primera en degradar su calificación de deuda
La calificadora Standard & Poor's (S&P) anunció ayer que degradó la calificación de la deuda soberana en moneda extranjera de Argentina de CCC- a SD, lo que significa default o suspensión selectiva de pagos.
En un comunicado, la firma explicó que tomó la decisión luego de que este miércoles expiró el periodo de gracia que Argentina tenía para pagar a los tenedores de sus bonos reestructurados.
Argentina realizó el pago, pero el dinero se encuentra congelado en bancos de Estados Unidos por orden del juez de Nueva York Thomas Griesa, quien ordenó al país pagar 1,330 millones de dólares más intereses a los tenedores de bonos que no reestructuraron deuda en 2005 y 2010.
La calificadora señaló que colocó la deuda soberana de Argentina en suspensión de pagos selectiva, debido a que el gobierno del país sudamericano dejó de pagar algunas de sus obligaciones internacionales.
S&P aclaró que si Argentina sufraga la deuda de los tenedores de sus bonos reestructurados, “podríamos revisar nuestra calificación”, dependiendo de la evaluación que hiciera de sus litigios pendientes, en referencia a las negociaciones con los fondos "buitre."
Asimismo, la firma precisó que revisaría la calificación otorgada a Argentina dependiendo del acceso de ese país a los mercados de deuda internacionales, así como a su perfil crediticio general.
Mercados esperaban arreglo
Horas antes de que se diera a conocer el fracaso de las negociaciones, los mercados financieros del país sudamericano subieron con fuerza ante la expectativa de que el país evitaría caer en cese de pagos de deuda soberana por segunda vez en 12 años.
Los bonos soberanos en el mercado extrabursátil cotizaron con alza de 6.0 por ciento en promedio.
El riesgo país argentino medido por la banca JP Morgan caía 134 puntos básicos, a 546 unidades al cierre de esta edición, niveles que no se registraban desde hacía tres años.
El índice bursátil Merval de Buenos Aires subió 6.94 por ciento, a 8.937,62 unidades, liderado por la mejora anotada en los papeles de la distribuidora de energía Edenor.
Los instrumentos de la deuda doméstica ligados al Producto Interno Bruto (PIB) subieron 16.4 por ciento para los nominados en euros; ganaron 8.5 por ciento en dólares y treparon 12.2 por ciento en pesos en el recinto bursátil.
El peso en el circuito marginal se recuperó un sostenido 3.39 por ciento, a 12.33/12.38 unidades por dólar en una plaza con escasos negocios, comentaron operadores.
La moneda doméstica en la plaza interbancaria se depreció 0.12 por ciento, a 8.20/8.2025 por dólar, en una plaza donde el Banco Central se dejó un saldo favorable de unos 50 millones de dólares al regular la liquidez de la plaza.
El costo de asegurar la deuda de Argentina se desplomó en el mercado londinense de seguros de incumplimiento de pago (Credit Default Swap, CDS) debido a que los inversionistas apostaban a un acuerdo de último minuto entre el país y sus acreedores para evitar que cayera en moratoria luego de que dos fondos estadunidenses ganaron un juicio de años al gobierno sudamericano.
VA DE NUEVO
La tercera economía de América Latina cayó ayer en moratoria por segunda vez en 12 años.
1930.- La Gran Depresión de 1929 golpea al país al caer la demanda de productos agrícolas en Estados Unidos y Europa. El gobierno se vio en dificultades para pagar a los empleados públicos y el crecimiento se desaceleró.
1955.- El país vivió un periodo de prosperidad relativa bajo la presidencia de Juan Domingo Perón tras la Segunda Guerra Mundial. Crece a un ritmo de 6% anual y los trabajadores ganan espacios. Pero la bonanza dura poco al caer los precios de las materias primas. Perón nacionaliza el sistema de trenes, lo que frena la inversión. La inflación supera el 40%.
1976.- La economía no logra estabilizarse luego de una sucesión de gobiernos militares y democráticos que aplican diferentes tipos de políticas económicas. Entre 1930 y 1983, los presidentes duran en el poder dos años en promedio. En 1976 la inflación anual del país supera 600 por ciento y los militares vuelven a la carga.
1976.- Tras el golpe militar encabezado en 1976 por Jorge Rafael Videla, la democracia vuelve al país en 1989, pero la economía continúa en el caos y ese mismo año sólo 30 mil de 30 millones de argentinos pagan impuestos, la inflación supera 5 mil por ciento.
1990.- El entonces presidente Carlos Menem se dedica a privatizar empresas estatales en problemas y a atraer la inversión externa. La inflación cae a dos dígitos y el país impulsa reformas sugeridas por el Fondo Monetario Internacional.
1999.- La corrupción durante el régimen de Menem asusta a los inversionistas, la crisis financiera en Asia y Rusia contagia al país y causa una fuga de capitales y el valor de la moneda cae de manera estrepitosa.
2001.- El desempleo supera el 20% y la población sufre de desnutrición. Una serie de protestas obliga a renunciar al presidente Fernando de la Rúa y el país tiene cinco presidentes en dos semanas. La deuda externa supera los 145 mil millones de dólares.
23 de diciembre de 2001.- El presidente provisional Adolfo Rodríguez Saá declara un default de la deuda externa en la mayor quiebra de un país en las últimas décadas. La deuda en ese momento equivalía al 150 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
2005.- El presidente Néstor Kirchner termina con el default al lanzar un canje de bonos de la deuda al que adhiere el 76 por ciento de sus acreedores, que aceptan rebajas de hasta el 75 por ciento. El país paga al FMI una deuda de 10 mil millones de dólares.
2010.- El país reabre el canje de bonos de la deuda para los acreedores que no habían aceptado sumarse en 2005. Alcanza una adhesión de 92.4 por ciento de bonistas que aceptan rebajas y pagos a 30 años.
Junio 2014.- Dos fondos estadunidenses que no renegociaron bonos soberanos ganan un juicio y el juez Thomas Griesa ordena a Argentina pagarles 1,330 millones de dólares.
Reuters
Vía: Dinero.
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