Armando iba en secundaria cuando intentó suicidarse. Sus compañeros llevaban meses molestándolo por un pequeño accidente, se hizo pipí en el salón de clases porque su maestra no lo dejó salir al baño a pesar de tener problemas de incontinencia.
La maestra quería darles una lección a sus alumnos. No sabía de los problemas renales que Armando tenía y no pensó que se haría pipí de pie frente a todos sus compañeros.
Armando estaba harto de las burlas, los malos tratos, el rechazo de sus compañeros y la falta de amigos que originó aquel accidente físico en la clase que nunca olvidará.
Su mamá presentó una denuncia penal contra la maestra, todo se complicó. Para Armando, los días en la escuela eran cada vez más difíciles.
Un día por la tarde Armando encontró una botella con sosa caústica en el baño de su casa y le dio un buen trago. Abrió los ojos en un hospital, los doctores le dijeron que su abuelo (quien lo encontró en el baño) llegó justo a tiempo, 5 minutos más tarde lo hubiera encontrado muerto.
La historia de Armando es una de las más de 3 mil 600 que desde 2011 empezó a recibir el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México a través de reportes telefónicos.
La encargada del programa "Juntos Contra el Bullying" del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, Ruth Delgadillo, narró la historia de Armando como uno de los casos más dramáticos de acoso escolar.
Delgadillo explicó que el bullying comienza con un pequeño acto que puede ir creciendo al grado de afectar por completo la existencia del niño o adolescente.
"Posiblemente a la niña, al niño empiezan por esconderle sus pertenencias, empiezan a darles golpes y a burlarse de ellos. Hay casos en los que no se identificó a tiempo que había una violencia entre escolares y que eso fue escalando hasta que puso en riesgo la vida de los estudiantes", dijo.
Aunque la mayoría de los casos de bullying comienzan con agresiones físicas, psicológicas o ambas, los casos de acoso escolar también llegan a las redes sociales.
"La física y la psicológica se ha mantenido como forma constante de violencia en el 45 por ciento de los reportes. También observamos que da pauta a otras formas. Esos golpes, esas burlas se graban y después se difunden por las redes sociales con lo que los demás conocen la violencia que se ejerce a un estudiante y permite que otro también violenten al darle un like, hacer comentarios o difundir la imagen o video", explicó Delgadillo
Este tipo de violencia escolar se conoce como ciberbullying y ha tenido una mayor intensidad desde el 2012 en los reportes del Consejo Ciudadano.
Para evitar que el bullying crezca a tales niveles Ruth Delgadillo señala al primer adulto que sea testigo de una situación de violencia escolar como el responsable de detener e impedir que siga la situación.
"Si el docente está observando esta situación tiene que tomar acciones inmediatas y acertadas. En caso de que no tome una acción estaría facilitando que la violencia continúe (...). La primera intervención la tiene que hacer el adulto que se dé cuenta o al que el estudiante se acerque, porque no en todos los espacios donde se da la violencia hay un maestro", dijo.
En algunas escuelas ya se han logrado implementar métodos para prevenir conductas de violencia entre los alumnos.
La psicóloga Alejandra García, quien hace seguimiento de niños en una escuela privada contó que cuando ella iba en esa misma escuela "los maestros ni se metían, ni les interesaba evitar el bullying".
"Ahora entre los niños y entre maestros se trata mucho el tema. Hay mucho más conciencia de ello. No es que no exista pero ya no ocurren episodios graves en los tres años que llevo trabajando ahí. Se les dan pláticas a los niños y a los maestros. Reconocen qué es bullying, qué hacer si sus amigos son víctimas o victimarios", explicó.
Para Alejandra García, que pasa todas sus mañanas en el Colegio Americano, para la reducción o prevención del bullying "los maestros sí tienen la responsabilidad de intervenir y no se lo puedes dejar a los niños a resolverlo", y explicó que el avance que ve en su escuela no se debe a que "los niños recapaciten, sino porque saben que hay una sanción si actúan de tal forma y saben que es una sanción grave".
"El niño no va a entender por empatía que al chavito que le cae mal no lo puede molestar, va a entender que si actúa de esa forma va a tener una consecuencia", dijo.
En contraste, Ruth Delgadillo señaló que en Juntos contra el Bullying están impulsando acuerdos de convivencia para que en vez de que se les diga a los niños que no hacer se les cuestione qué es lo que les gustaría que predominara en sus escuelas.
"Se les pregunta cómo quieren que sean las relaciones entre ellos, cómo quieren que les digan, qué debería pasar si afectan a alguien. Sabemos que efectivamente tiene que haber alguna consecuencia o sanción y que se les explique porque se les está poniendo", dijo.
Reportes de bullying ante el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México
- En 2011 recibieron 800 reportes.
- En 2012 recibieron mil 300.
- En 2013 recibieron mil 100.
- Y en 2014 (hasta el 23 de mayo) llevaban 600 reportes.
Vía: Milenio.
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