'Table dance' en el DF: un baile a 'la sombra' de la trata de personas
Que una mujer o un hombre se desnuden sobre la pista de un table dance, ¿es una actividad artística o este negocio es la fachada legal para esconder delitos como el lenocinio o la trata de personas?
Un grupo de dueños de table dance en el Distrito Federal pide que en la ley local se considere al baile erótico como una actividad "artística", dentro de una propuesta para distanciarse de la trata de personas y la prostitución.
Los propietarios de ocho establecimientos en la capital mexicana se comprometieron a prohibir las relaciones sexuales en sus negocios, además de impedir los bailes privados.
Con ese candado —que según ellos ya está activo— buscan evitar operativos en los que clausuran sus locales y detienen a sus trabajadores, que se intensificaron después de que se activara en el DF una Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Trata de Personas, en mayo de 2013.
"Uno de los puntos que hemos estado peleando es que se deje de vincular al baile erótico, o al table dance, con la prostitución, pero sobre todo que no se nos vincule con el delito de trata de personas", dijo en entrevista Carlos Alberto Landa Silva, vocero de esta agrupación de tables.
Hasta ahora sólo han tenido contacto con un legislador de la Asamblea Legislativa en la capital mexicana, Agustín Torres Pérez, para plantear los detalles de su propuesta.
"Ellos se hablan de que se haga una modificación a la Ley de Establecimientos Mercantiles (del DF), que ya se les pueda tipificar como un establecimiento cultural, así lo piden ellos, donde el baile erótico se considere como tal, como una expresión cultural", explicó Torres Pérez, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), fuerza política que gobierna la capital.
"No tienen una licencia de funcionamiento, o un permiso correspondiente a las actividades que se desarrollan. Ese es el verdadero problema. Ellos se dan de alta como si fueran un bar más", agregó.
Dentro del grupo que promueve esta iniciativa están algunos de los negocios de table más visibles del DF: Calígula —que tiene tres sucursales—, Envidia, Chateau, Garden, Pompeya y Queen's.
En la sucursal de Calígula que está en la colonia Roma, en febrero de este año, ocurrió un operativo contra la trata de personas en el que hubo decenas de detenciones. Desde entonces, el lugar permanece asegurado por las autoridades capitalinas, según Landa Silva.
CNNMéxico llamó al área de prensa de la Procuraduría del DF para saber cuál es el estatus jurídico de las personas detenidas en ese operativo, pero ésta indicó que no tienen los datos disponibles.
Según un diagnóstico presentado en 2013 por la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, el DF es un lugar de origen, tránsito y destino de trata de personas, especialmente de mujeres.
"Creo que pueden hacer ahora una reingeniería para buscar nuevas formas de hacer un negocio sano, que beneficie a la sociedad, que generen empleos, y que de ninguna manera se permita algún crimen alrededor", dijo Rosi Orozco, presidenta de la asociación Comisión Unidos vs Trata, sobre la propuesta de los dueños de tables.
¿Qué es y qué pasa en un 'table'?
Varias personas compartieron con CNNMéxico sus experiencias al visitar tables del DF, narraciones que, aunque no son representativas de lo que sucede en todos los negocios de este giro en la capital, sí retratan algunas de las prácticas más comunes:
Lo que suele ocurrir en un table es que mujeres mexicanas y extranjeras bailan hasta quedar completa o parcialmente desnudas en una pista. Cuando no están bailando en la pista, se sientan y conviven en las mesas de los clientes, a los que les piden que les inviten alguna bebida alcohólica.
Las bailarinas ganan una comisión especial por lograr que los clientes consuman más tragos, según explica Landa Silva.
Si el cliente paga una cantidad extra, en muchos casos puede solicitar un baile privado, donde alguna de las mujeres baila para él y suele haber algún contacto físico. Esos privados ocurren en pequeñas cabinas, generalmente en las que se cubre la visibilidad hacia el interior.
Cuestionado sobre si hasta antes de presentar su propuesta habían permitido las relaciones sexuales de los clientes con las bailarinas en sus table dance, Landa Silva respondió:
"Nosotros teníamos algunas prácticas incorrectas… sin embargo creemos que lo más importante es mirar hacia adelante, no mirar hacia atrás".
El vocero de los propietarios no quiso detallar cuáles son esas "prácticas incorrectas".
¿Qué es ilegal en un "privado"?
Para la legislación mexicana, la prostitución consiste "en el intercambio libre y consentido por dos individuos adultos de relaciones sexuales por dinero o cualquier otro bien", y no se considera un delito per se.
Sin embargo, en el caso de que suceda en el interior de un table sí está prohibida —y por consiguiente también en un "privado"—, según establece la Ley de Establecimientos Mercantiles del DF, regulación que no distingue ninguna diferencia entre un table y cualquiero otro bar.
Según las normas aplicables en todo México, también se cometería un delito penal en un privado si un tercero induce o explota a una bailarina para que se prostituya ahí, con tal de obtener un beneficio económico: eso se conoce como lenocinio.
"Lo que se tendría que hacer en el caso de los table dance es establecer una regulación independiente y diferente al resto de las actividades de la vida nocturna", comentó Ismael Rivera, dirigente de la Asociación de Nacional de Bares, Clubs y Centros de Espectáculos.
De lo contrario, dijo, "la Ciudad de México se va a convertir en la única ciudad en el mundo que no va a tener table dance, porque hay una confusión entre lo que es la verdadera trata de personas y lo que son las bailarinas que se dedican a este tipo de actividades".
Meyer Klip, titular del Instituto de Verificación Administrativa del DF —órgano descentralizado del gobierno capitalino—, dijo el 7 de marzo pasado en una entrevista con Radio Fórmula que la instancia que preside enviaría una propuesta a la Consejería Jurídica capitalina para reglamentar los espectáculos de baile erótico, sin embargo, ésta no ha sido presentada.
Uno de los objetivos, dijo, sería prohibir "los cuartitos" donde nadie sabe lo que pasa, para que en ellos no ocurran delitos de lenocinio ni prostitución.
La 'sombra' de la explotación
Para Rosi Orozco, cualquier mecanismo que permita a un dueño de table obtener dinero con la "prostitución ajena" convierte a esos negocios en giros negros que deben cerrarse.
"Bailar sobre la mesa no es un delito. El delito es la explotación de la prostitución sexual ajena, aunque sea fuera del lugar, porque resulta que los dueños ganan de esa explotación de las chicas", comentó.
En la mencionada propuesta de los dueños de ocho table dance, si bien se establece que no van a permitir las relaciones sexuales dentro de sus negocios, también se menciona que no intervendrán si tras la charla entre el cliente y la bailarina ellos llegan a un acuerdo para hacer algo más.
"Si la muchacha, la bailarina, la artista, decide aceptar la invitación de alguien de consumir una bebida, ya sea alcohólica o natural, está en libertad. Y si de esa plática, de esa charla, ellos llegaran a algo más, no podemos ser tan estrictos. Estaríamos violentando voluntades", dijo Landa Silva.
Sobre lo que ocurra afuera de sus locales entre los clientes y las bailarinas, aclaró que no pueden hacerse responsables.
Incluso si la bailarina aceptara tener relaciones sexuales con un cliente afuera del establecimiento, a cambio de dinero cuando cierre el table —sin que los dueños del negocio la presionen para que lo haga—, no sería un crimen, comentó.
"La prostitución no es delito", insistió Landa Silva.
En los códigos penales del nivel federal y de la Ciudad de México no se tipifica a la prostitución como delito. Las autoridades capitalinas han mencionado que en México la prostitución está permitida, y que lo que está prohibido es el lenocinio y la trata.
Pero en México sí se castiga incluso a quien consuma algún servicio derivado de esos crímenes, es decir, a los clientes que paguen por tener relaciones sexuales con hombres o mujeres que son víctimas de trata o lenocinio, de acuerdo con lo que establece la Ley Federal contra la Trata de Personas, publicada en México en 2012 y actualizada en 2014.
"Una válvula de escape"
El legislador local Agustín Torres Pérez espera que en el segundo semestre del año se discuta una iniciativa presentada en la Asamblea Legislativa, para regular las actividades de sexo servicio.
Ahí, según dijo, se incluirían algunas de las situaciones que ocurren en los tables. Aunque no aseguró que se retomarán elementos de la iniciativa de los dueños de ocho negocios.
"Lo único que queremos es que dejen de criminalizarnos", expresó Landa Silva sobre su propuesta inicial de auto regulación, la cual es respaldada por 500 bailarinas y 700 trabajadores de ocho tables.
"Somos una válvula de escape, en todas las ciudades debe existir una oferta como la nuestra, somos humanos, y el erotismo es inherente al humano", agregó.
Vía: CNN.
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