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En entrevista, el representante diplomático del gobierno de Barack Obama descartó comparar la actual relación bilateral en materia de seguridad con la que había el sexenio anterior, aunque aseguró que hoy la cooperación cotidiana entre las agencias de procuración de justicia “es excelente” y puso como ejemplo la captura de Joaquín El Chapo Guzmán Loera.
En el esfuerzo por atraparlo, dijo, “había habido una larga y buena cooperación”.
Wayne aseguró que continúa la Iniciativa Mérida que comenzó en 2008 y destacó el apoyo a la transición del sistema de justicia, que incluye juicios orales.
“En seguridad, vamos en la misma dirección”
Resalta el trabajo conjunto en la captura de El Chapo Guzmán; descarta hablar sobre si su país pedirá o no la extradición del capo; revela que apoyan aquí la reforma de justicia penal
El californiano Earl Anthony Wayne llegó a México como embajador en agosto de 2011 para sustituir a Carlos Pascual cuya relación con el entonces presidente Felipe Calderón se había vuelto agria.
De carácter discreto y afable, a este diplomático —que antes había sido embajador en Argentina y Afganistán— ya le tocó vivir la segunda alternancia en la Presidencia de México en doce años.
Durante el gobierno de Calderón, la relación entre las agencias de seguridad de México y Estados Unidos pasaba principalmente por la desaparecida Secretaría de Seguridad Pública, a cargo de Genaro García Luna. Eso cambió a principios de este sexenio, cuando se creó la llamada “ventanilla única” en la Secretaría de Gobernación.
Aunque el cambio de esquema en un principio pareció incomodar a Washington, el embajador prefiere no hacer comparaciones entre la cooperación que hubo con el gobierno anterior y con éste.
En entrevista con Excélsior, dice que esas comparaciones no benefician a nadie. La cooperación bilateral en materia de seguridad “está en muy buena posición ahora”, afirma Wayne. “Vamos en la misma dirección y en muy buena dirección”.
La conversación se realiza en el despacho del embajador en la sede diplomática, un inmueble que está a punto de cumplir medio siglo. En un lapso de dos o tres años, la embajada se mudará a la colonia Irrigación, que algunos llaman “nuevo Polanco”.
En paredes y libreros abundan objetos de beisbol y futbol americano. Entre ellos, un casco de los 49s de San Francisco. El embajador jugó el primer deporte: “Fui pitcher y primera base”, comenta.
Invita al reportero y al fotógrafo de Excélsior a sentarse en su mesa de trabajo, donde se realiza la entrevista. El tema es la tensión provocada por la anexión rusa de Crimea, sobre la que este diario entrevistó en días pasados a los embajadores de Rusia y Ucrania.
Sin embargo, no rehúsa responder algunas preguntas sobre la relación con México, derivadas de la captura de Joaquín El Chapo Guzmán.
—¿Cómo va la cooperación con México en los asuntos de seguridad?
En el tema de seguridad creo que, como fue evidente en la última reunión entre el presidente Peña Nieto y el presidente Obama, estamos trabajando de manera muy cercana, en la misma dirección.
“La Iniciativa Mérida, que comenzó en 2008, continúa. Hemos aprobado un conjunto de programas nuevos, con el nuevo gobierno, dirigido a una amplia gama de temas que reflejan sus prioridades, pero hay gran consistencia.
“Por ejemplo, el apoyo a la transición en el sistema de justicia. Como establece la reforma penal, en cuatro años deberá de tener un nuevo sistema de justicia oral, así que estamos apoyando mucho el entrenamiento, pues nuestro sistema no es exactamente igual a como será el de México pero tiene muchas prácticas que se usarán aquí.
“Y la cooperación cotidiana es excelente entre las agencias de procuración de justicia, como ha sido evidente en muchos hechos recientes, de los cuales el más famoso es la captura de El Chapo.”
—¿Ha mejorado el entendimiento en materia de seguridad entre el pasado gobierno y éste?
—Yo diría que hay un muy buen entendimiento entre nosotros y mucha cooperación.
—¿Mejor?
—Sólo diré que es muy buena (ríe). No creo que sea bueno para nadie hacer comparaciones. El caso es que estamos en una muy buena posición ahora y que vamos en la misma dirección y en una buena dirección.
—Un sábado reciente por la mañana estaba viendo mi computadora y de repente apareció una foto de El Chapo Guzmán detenido, en un despacho de la agencia AP. La detención aún no se había dado a conocer oficialmente en México. ¿A qué hora le avisaron a usted, embajador?
—Digamos que me enteré al mismo tiempo que usted (ríe).
—Pero no por AP.
—Bueno (ríe), digamos que ese sábado por la mañana fue muy especial. Y se dio a conocer por el comportamiento valiente de las fuerzas mexicanas, pero fue apoyado en un largo esfuerzo de cooperación entre la procuración de justicia de un lado y otro de la frontera.
“Recuerde usted, éste era uno de los capos más buscados en el mundo, y en el esfuerzo por atraparlo había habido una larga y buena cooperación. Pero fueron las fuerzas mexicanas las que estaban en el lugar y tomaron las medidas para detenerlo”.
—Dado que México y Estados Unidos tienen una cooperación que parece funcionar, ¿por qué cuesta tanto trabajo hablar abiertamente de ella?
—Quizá usted, como mexicano, esté en una mejor posición para entender eso. Todo lo que puedo decir es que, en mi experiencia de haber estado aquí, nuestro objetivo es trabajar de la manera más cercana que podamos con nuestros colegas mexicanos para perseguir a quienes son enemigos de ambas sociedades, que están causando daño y muerte de los dos lados de la frontera, y que somos muy sinceros en el esfuerzo de construir una relación
de trabajo que sea de confianza.
—Una pregunta que muchos se hacen es si hubo información concreta por parte de Estados Unidos para capturar a El Chapo Guzmán. ¿La hubo?
—No creo que beneficie a nadie entrar en cuestiones específicas sobre ese tema. Sólo diré que hemos tenido, tenemos, y, espero, continuaremos teniendo, una cooperación muy cercana, que es una vía de doble sentido. Estamos trabajando juntos para atrapar a estos criminales.
—¿Buscará Estados Unidos la extradición de El Chapo Guzmán?
— Hay muchos cargos contra él en México y muchos cargos contra él en Estados Unidos. Pienso que hay lo suficiente para que él enfrente un largo periodo en la cárcel.
—¿Me está diciendo que esto no se ha decidido?
—No, le estoy diciendo que no responderé su pregunta (ríe).
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