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Pero ojo, no nos confundamos. Sus palabras no quieren caer en saco roto, sino más bien negar que debamos diferenciar entre derechos digitales y derechos fundamentales. Cuestiones tan básicas como la libertad de expresión en la red o el derecho a la privacidad no deberían tener un límite entre el mundo online y el offline.
Y es que, afirma Kroes, el mundo se ha vuelto digital. Se confunden los que siguen diferenciando entre la "vida real" e Internet. La conectividad está en todos lados (gadgets, dispositivos móviles, nuestros coches), y ha venido para facilitar nuestro día a día. En lugar de verlo como un problema, la vicepresidenta europea reafirma que eso es un regalo.
¿Les suena esa cita? Sí, están pensando en lo correcto. Neelie Kroes cita al Papa Francisco, quien una vez declaró que Internet era un regalo de Dios. No es que la política quiera digitalizar los pensamientos religiosos, sino que apuesta por la red de redes como columna vertebral de la Agenda Digital europea.
En este contexto, los derechos digitales no deberían separarse de nuestra vida real. Porque en el horizonte de trabajo que tenemos ante nosotros existen varias iniciativas que pueden cambiar a la sociedad (sino lo están haciendo ya): el big data o los servicios de cloud-computing son algunos de los ejemplos más destacados.
Resulta llamativo que las palabras de Kroes lleguen justo un día después de una auténtica bomba de relojería para Europa: la noticia de que la agencia de seguridad de Reino Unido habría interceptado imágenes de la webcam de usuarios de Yahoo! durante cuatro años.
A raíz de este polémico suceso, coincido plenamente en el análisis de Kroes: los derechos digitales no deben existir. El mundo real y el virtual, en mi opinión, no son más que las dos caras de la misma moneda. La polémica actividad de la NSA, revelada por Edward Snowden, ha puesto en el punto de mira lo que es y lo que no debe ser Internet.
La red de redes no es el problema. Internet ha facilitado nuestra vida diaria, y ahora mismo, me resulta imposible rememorar los tiempos en los que no existía la conexión a la red. Estos avances, sin embargo, no deben ser usados como lo ha hecho Estados Unidos. Los tan llamativos derechos digitales son intrínsecos de los propios derechos y libertades fundamentales de la ciudadanía.
Creo que fue un tremendo error desligar alguna vez la protección de la persona del mundo virtual y el mundo real. En esa trampa caímos muchos, afirma Neelie Kroes, y en cierta manera, también ha permitido polémicas actividades como la llevada a cabo por la Agencia de Seguridad de los Estados Unidos.
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