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En rueda de prensa, Schneiderman indicó que los sospechosos operaban además una red de lavado de dinero proveniente de la venta de la cocaína y del negocio de la prostitución, que a menudo ofrecían en conjunto en lo que denominaban "paquete fiesta".
Se estima que la red generó millones de dólares en ingresos y que se enfocaba en servir a una clientela de alto nivel, que había llegado a Nueva York, y a su zona conurbada, con el fin de disfrutar del Super Bowl, que se celebrará este domingo 2 de febrero.
El procurador realizó el anuncio en compañía del comisionado de la policía de Nueva York, William Bratton, encargado de realizar las detenciones de los sospechosos, la mayoría de los cuales son de origen coreano.
"Estos criminales usaban departamentos en edificios residenciales para llevar a cabo sus negocios ilícitos", expresó el comisionado de la policía.
"No tenían respeto por la seguridad y bienestar de los miembros de la comunidad al ofrecer una red de prostitución y la venta de drogas en un solo lugar", comentó Bratton.
La red, que de acuerdo con las autoridades promovía sus negocios en internet y en anuncios en televisión, mediante empresas que servían como fachadas, a menudo vendía las drogas en conjunto con favores sexuales, e incluso aceptaba pagos con tarjeta de crédito.
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