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| El Economista. |
El coordinador del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Senado de la República aseguró que los resultados de las elecciones del 7 de julio no pondrán en riesgo al Pacto por México, porque este acuerdo tiene otro trazo y otro camino.
Sin embargo, externó su preocupación por las campañas que se han visto envueltas en una guerra sucia como en los casos de Puebla y Tlaxcala, ante el triunfo del PRI, partido que está unido y cohesionado.
Ante las acusaciones contra el PRI en Tlaxacala, señaló que si tienen pruebas que las presenten, pero advirtió a los opositores que así no van a ganar el próximo 7 de julio.
En entrevista el legislador del Partido Revolucionario Institucional (PRI) admitió que en las campañas hay pasión, desencuentros y jaloneos, pero al menos nueve estados se encuentran tranquilos de los 14 donde habrá comicios el primer domingo de julio, en los que está en juego una gubernatura, Congresos locales y presidencias municipales.
Señaló que los legisladores priístas están a la espera de la iniciativa de reforma energética que enviará el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, al Congreso de la Unión para analizarla, pero también "estamos muy atentos qué van a hacer los otros partidos".
Recordó hace algunos días el Partido de la Revolución Democrática (PRD), encabezada por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, que merece nuestro respeto ya que es un hombre que conoce de esa materia, anunció que probablemente presentarían una iniciativa y "la vamos a esperar para conocerla".
"Lo que vamos a apoyar nosotros es que Petróleos Mexicanos se modernice, que sea una empresa de prestigio internacional, que hoy lo es, pero que sea mucho más productiva y efectiva", sostuvo el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Senadores.
"Tuvimos el primer periodo y el segundo periodo de sesiones en la Cámara de Senadores, prueba de ello, es que se reformaron más de 10 leyes constitucionales, entre las que destaca la reforma en materia educativa después de no haber tocado esa materia en 40 años", indicó.
Además, agregó, se modificó la ley del trabajo, una legislación que no se tocaba después de 42 años. La ley de amparo, que era una ley que nos pedía la Suprema Corte de Justicia, que se había trabajado hace seis años y no había podido salir, se aprobó.
Ahí está, subrayó, la Ley de Telecomunicaciones; la de Contabilidad Gubernamental; la ley para acotar a los municipios y a los estados en sus deudas, respetando plenamente su soberanía. Tenemos dos iniciativas pendientes, la ley energética y la reforma fiscal.
Por separado, el senador Manuel Cavazos Lerma expresó que la unidad priísta es incuestionable y refirió que la consigna es ganar voluntades que se traduzcan en votos, dentro de los principios de todo proceso electoral.
Por ello, manifestó que la guerra sucia no entra en la agenda, y eso está marcando la diferencia en el electorado.
El Economista.
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