Abandonan 625 mil jóvenes el bachillerato

Millones de jóvenes en edad escolar no encuentran un lugar en los bachilleratos. Foto: Héctor López/archivo
Excélsior.
Aun cuando se trata de un sector privilegiado, en tanto accede y permanece en las aulas, los alumnos cursan sus estudios con una visión pesimista del futuro: perciben falta de oportunidades laborales y se ven sin la formación necesaria para adquirirlas.

Así lo revela un estudio de la SEP enviado al Congreso para documentar los problemas que deben solventarse en los siguientes diez años, periodo que la ley establece para que la educación media superior sea derecho universal y su cobertura alcance al total de la población en edad de cursarla.

Sólo cuatro de cada diez jóvenes entre 16 y 18 años están matriculados en ese nivel de estudios. La deserción es alta. Cada año, 625 mil muchachos abandonan la escuela. ¿Causas? 35% habla de falta de dinero y otro porcentaje similar “no quiso o no le gustó estudiar”.

México tiene un millón 600 mil jóvenes en esa edad que no estudian porque truncaron su formación al concluir la secundaria o desertaron del bachillerato; 55% de ellos pertenece a la población ubicada en los cuatro segmentos con menores ingresos.

Quienes siguen en las aulas concentran sus preocupaciones en su entorno de violencia, consumo de drogas y alcohol, incomprensión familiar y falta de integración social.

El estudio de la SEP midió las percepciones de los principales problemas que los afectan. Para 70.9% es el consumo de drogas y alcohol; 28% considera la falta de trabajo; 17.6% alude a la situación del país y 15.8% le preocupa la violencia.

Muy pocos se quedan


La matrícula de educación media superior se duplicó en 20 años, al pasar de dos millones cien mil alumnos en 1990 a una cifra actual cercana a los cuatro millones 500 mil.

En el grupo de 16 a 18 años, la cobertura creció en ese mismo lapso de 29% a 42%. Es una oferta muy diversa conformada por más de 30 tipos de instituciones; las hay federales, estatales, autónomas y privadas.

Su principal desafío es la retención de los jóvenes en las aulas, pues la deserción es alta y la eficiencia terminal resulta baja.

Cifras oficiales indican que si bien la mayoría de egresados de secundaria ingresan a nivel medio superior —un millón 800 mil cada año, en promedio­—, 14% dejará la escuela. La eficiencia terminal es de 64%.

La deserción se acentúa en México a los 15 años y más. A partir de esa edad disminuye aceleradamente la asistencia escolar; el fenómeno es progresivo.

Los adolescentes de 13 y 14 años acuden a la escuela en porcentajes de 90% y 95%. Esa cifra desciende a 80% a los 15 años y cae a 72% a los 16. Para los 17, el porcentaje baja a 62% y cae casi a 50% a los 18 años. De los mexicanos de 19 años sólo 40% tiene vida escolar.

Así, de cada cien estudiantes que ingresaron a primaria, únicamente 36 concluyen su formación en bachillerato. De los egresados de secundaria, sólo 60% consigue terminar el bachillerato o su equivalente.

Desigualdades


La posibilidad de desertar aumenta según la condición social de los jóvenes. Mientras más escasos son los ingresos familiares, mayor riesgo hay de truncar estudios.

Según el indicador de cobertura, la probabilidad de realizar estudios de nivel media superior en el decil más alto es tres veces mayor que la de quien se ubica en el decil más pobre.

En el segmento de más ingresos la cobertura es de 100%. En cambio, en el segmento más pobre el porcentaje es de 36. De manera que del millón 600 mil jóvenes de entre 16 y 18 años que ya no estudian, 879 mil 520, es decir 55%, pertenecen a los cuatro deciles de menor ingreso.

El contraste es significativo: mientras en la décima parte de la población con mayores recursos hay nueve mil 725 muchachos que no estudian, en la décima parte con menos ingresos la cifra se dispara a 231 mil 188 desertores.

El estudio enviado por la SEP al Congreso muestra que de los 625 mil alumnos que cada año dejan los estudios de bachillerato, 61% lo hace en el primer grado; 26% en el segundo y 13% en tercero.

Hay 11 entidades donde la deserción es superior a la media nacional: Nuevo Léon (22%), DF (18), Guanajuato (17), Chihuahua (17), Coahuila (16.9), Morelos (16.9), Campeche (15.9), Yucatán (15.9), Baja California (15.6), Durango (15.4) y Jalisco (15.3).
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