“No creo ser soberbio; sí gruñón, enojón”: ‘Chepo’

“No creo ser soberbio; sí gruñón, enojón”: ‘Chepo’
La Afición.
No le gusta. Le obsesiona a José Manuel de la Torre tener el control de hasta el mínimo detalle de los asuntos en los que tiene que ver. Por ello, el cuadro que empezó a dejar que se pintara de él en los medios, como un tipo irascible y enojón, soberbio y hasta mamón o grosero, lo hizo actuar y corregir de inmediato. Reconociendo responsabilidades y hasta culpas.

Su carácter explotó el 22 de marzo pasado, después de que los hondureños los empataran, casi de último minuto en San Pedro Sula. Aquella tarde su conferencia de prensa fue casi una tortura. Y antes, cuidando a sus muchachos de los reporteros. Pero venía ya de una seguidilla de mal humor ante los reporteros, contra Jamaica en el Azteca, en el arranque frustrante del hexagonal de Concacaf, por ejemplo. Y en algunas otras ruedas de prensa.

Alguien te hizo entender que no ibas bien por ahí. Te costó trabajo y todo, pero te disculpaste públicamente y mencionaste algo de tu familia, tus hijos, tus hermanos, no entendí muy bien…
Es que ellos son muy críticos conmigo, lo primero que me dicen es: ‘aquí estás mal’; ‘no, por ahí no’.

Te vieron explotar en aquella conferencia y eso te dijeron. ¿Quién? ¿Tu mujer?
No les gusta a todos, me llaman la atención; mis hijos son durísimos.

“Papá, relájate…” ¿O qué te dicen?
Desde los anuncios en los que salgo… Me dicen: no, no, no, dedícate a otra cosa, te vemos mejor de entrenador.

¿Pero del otro tema te dicen: “papá no te enojes, tranquilo”?
No, no; se ríen de todo, de las expresiones que tengo a veces en la televisión, pero en esas no me doy cuenta, porque no estoy actuando, estoy trabajando y mi expresión es como soy, y algunos los interpretarán bien, otros no tanto, pero es parte de mi esencia, de mi forma de ser. Lo que sí es en las conferencias soy algo más aparte.

Para estar sereno y tranquilo tendrás que tomarte algo, un valium...
No, no tomo nada; soy antipastillas, totalmente ejercicios, soy de buena alimentación para poder mantenerme en buena salud; y sí, en las conferencias tengo que estar con más calma y ser más claro, y a lo mejor decir lo mismo sin un tono de molestia, y si te atacan, pues contestas igual, porque la verdad que lo peor que le puede pasar a alguien es la indiferencia. Entonces, puedo ser un poquito más prudente.

Le confieso al Chepo que, pese a todos los años que llevo en esto, su personalidad fría y distante, sus expresiones nada amables, me llegaron a tenerle hasta cierto temor a la hora de acercármele. Y es que, tan metido en lo suyo como siempre anda, no es de saludar a nadie en esos días en los que hay juegos amistosos u oficiales y los periodistas circulamos en su entorno.

¿Te preocupa gustarle a la gente o te tiene sin cuidado?
No, no me preocupa eso; me gusta que la selección gane, porque si la selección gana, la gente está contenta. La gente va mucho a desahogarse a los estadios y la mejor forma de ayudar a que lo consigan es ver a su selección ganando; somos católicos, cristianos, judíos, de todo: priistas, panistas, hombres, mujeres, niños, grandes, viejitos… pero al final somos mexicanos.

Y guadalupanos muchos…
No, no, y guadalupanos la gran mayoría, pero a la gran mayoría también nos gusta el futbol y quieren que su selección gane.

Ahí se unifica todo, en la selección…
Por supuesto, estás en el estado de ánimo de la gente.

Por cierto, ¿la selección tiene un estilo ya que la identifique de otras?
Tenemos que jugar como mexicanos, con las condiciones y características que tenemos.

¿O sea?
Trabajo en equipo.

Uhm, trabajo en equipo...
Principalmente. Muchas veces nos quejábamos de que México no lograba éxito cuando se trabajaba en equipo, que todos los éxitos que se lograban eran en deportes individuales. Eso no era así pues tras los logros de boxeadores, corredores o marchistas siempre ha habido un equipo.

¿Se puede contrarrestar a una selección que tenga jugadores brillantes con un buen trabajo en equipo?
Ya lo hemos demostrado. En los Juegos Olímpicos de Londres para no ir muy lejos.

En esa final contra Brasil, en Wembley.
Así es. La cuestión es tenerle respeto a los rivales, pero no miedo. Por supuesto que lo desconocido genera temor, pero al fi nal de cuentas hay que estar convencidos de que lo que se está haciendo se está haciendo bien.

Permíteme insistir en las muchas horas dedicadas en los medios a tu forma de ser, que si eres soberbio, agresivo o demasiado serio o enojón. ¿Cuáles son los errores de tu gestión?
Bueno, sobre todo si yo les he dado ese motivo de decir todo lo que me comentas, es ese. Pero, bueno, es porque así es mi personalidad y si les digo: ‘es que no somos amigos, es que somos compañeros de trabajo’, es porque cuando se trabaja no hay amigos, no hay hermandades. No hay nada.

Sí, pero tampoco es que estés haciendo enemigos, ¿o sí?
No, no, no, simplemente cada uno tiene un rol y hay que respetar el rol de cada quien.Pero te sorprende la sensibilidad de algunos reporteros, que se sienten mal porque les hablas duro o porque les contestas feo.No. Respondo muchas veces como me preguntan.

Juzgas que hay provocación, hay preguntas que te quieren destantear.
Sí, pero es normal, eso va a existir en todos lados, en el ámbito político, en todos los ámbitos y algo que reconocí ya es que puedo decir lo mismo sin tanta molestia.

Es cierto también que no has aprendido a sonreír frente a las cámaras; todo lo contrario, te tensan.
Sí, es difícil, porque como bien me dicen, no soy un actor que pueda sentir una cosa y estar expresando otra. Yo soy así, pero lo importante es que puedo modificar, puedo decir las mismas cosas con más calma.

Pero si alguien te reta, tú le respondes, no le das la vuelta.
Sí y no; hay veces que me he enganchado y por ahí respondo más, pero puedo decir lo mismo sin engancharme.

Es cierto, en la conferencia después del partido contra Perú en San Francisco, te vi otro ya, como que saliste muy tranquilo. La duda es si eso durará.
Y antes contra Estados Unidos, a pesar de que el resultado no fue bueno, estuve tranquilo, contestando lo que se tiene que contestar y se acabó, que a veces te cambian un poquito por los entornos en las entrevistas y le den otro enfoque a las cosas, bueno, eso ya es cuestión de cada quien.

Además de las quejas y malestares por la forma de ser del Chepo hay un asunto de su comportamiento como entrenador que particularmente no me gustó. Es el relacionado con lo que parecía una tendencia a quejarse de los árbitros, a culparlos por los malos resultados del inicio del hexagonal. Así se lo hago saber y el tema es el que más alerta lo pone en toda la entrevista.

¿Reconoces hoy que fue un exceso de tu parte?
Yo lo primero que dije es que nosotros, jugadores y entrenadores, siempre íbamos a ser responsables de lo que pase. Pero eso no quiere decir que no nos demos cuenta y que los arbitrajes han sido muy malos y que nos han afectado.

Pero en ese orden, primero los errores propios y luego el arbitraje…
Siempre he sido claro y nunca he puesto pretextos, pero no puedo dejar de mencionar cosas irregulares que están sucediendo, que no están dentro de nuestras manos y que nos han afectado; con Jamaica bien o mal hubo un penal que le hicieron al Cepillo(Oribe Peralta) y el árbitro estaba enfrente y se hizo…

Pero se empató por errores del equipo.
Fue al minuto 20, minuto 15; pudo haber cambiado todo, cambia todas las circunstancias. Pero, bueno, no puedes hablar de que pudo haber cambiado, porque no se marcó, las cosas fueron así, pero nos han afectado. Con Honduras fue claro y con Estados Unidos fue claro también; o sea, son situaciones que pasan, pero el responsable soy yo, porque a pesar de todo eso debimos haber ganado los tres partidos.

Pero no hay un complot del arbitraje contra México, contra el Chepo…
No, no, no. ¿Pero qué es lo que estoy mencionando? ¡Hey! ¡Ya me di cuenta, ¡eh! No me estás pitando bien, porque aparte hubo un abanderado que marcó, que insistió en su marcación y el árbitro no, no, no, no y no; ¡O sea! Eso ya fue premeditado, ahí sí hubo una intención; entonces, eso sí molesta.

¿De verdad ni te sientes tú fuera de lugar? Después de varios días de esto, ¿sientes que tenías que haber dicho eso de que esperabas más solidaridad de los medios en tus críticas a los árbitros?
Yo no lo puse como pretexto, yo lo puse como observación de que aparte no me marcaron adecuadamente.

Insisto en que se me hizo fuera de lugar, porque tú nunca has sido un técnico que le eche la culpa al árbitro.
No, no. Si tú revisas esa entrevista… a pesar de todo debimos haber ganado, no es pretexto, porque es una situación que no está en nuestras manos.

Me queda claro que no vas a callar…
Por supuesto. Yo te digo las cosas muy claras y si de pronto no dije nada, no quiere decir que no me di cuenta. Pero hay momentos en que tienes que decir: ‘¡hey, hey, hey! Ya me di cuenta’. Y por eso va la carta de queja, para que también tengan presión ellos. Se dejan presionar por todos los de Centroamérica y Estados Unidos, vienen acá y te lastiman; ‘espérame, espérame’.

Uno de los columnistas de La Afición,Carlos Albert, te ha criticado porque tú, el hombre serio, el hombre que sale a las conferencias tenso, haces comerciales y sonríes y bailas para las televisoras y los patrocinadores. ¿Qué le dices?
Mira, el que llega a esta posición tiene que tener en claro muchas cosas y están bajo contrato. ¿Por qué? Pues porque hay mucho patrocinador, los vemos alrededor de las canchas donde entrenamos, en las playeras, salen en televisión, en la prensa; son empresas que le invierten mucho para que nosotros podamos tener estas instalaciones, para que podamos tener los viajes y preparación, todos, la selección femenil, las representaciones juveniles…
“El expresar mensajes de los patrocinadores, platicar con ellos, buscar que esos recursos lleguen a la Federación para que ellos puedan invertirlos en los jóvenes es parte también de mi trabajo. Y tengo que hacerlo de la mejor manera y con el mejor gusto”.

Pero supongo que tú tienes manera de incidir en ciertas cosas, si de pronto llega un productor y te dice ‘te quiero ver bailar y te quiero disfrazar’, tú le puedes decir: ‘espérame, eso no’. ¿O no hay manera?
Desde luego, si no es una situación que vaya conforme a mi forma de ser, claro que digo: ‘discúlpame, no, no, espérame, yo soy futbolista, yo soy entrenador de futbol’.

¿En ese campo no has hecho nada que te avergüence ni has hecho nada que tú no sientas?
Exactamente. Si yo no estoy convencido de las cosas, no las hago y además si no las disfruto, estaría frito. Busco de alguna u otra manera que todas estas cosas que están alrededor las hagamos de la mejor manera.

¿Pero sí te lo han propuesto? ¿Te han llegado esos productores con ideas locas que ponte acá, disfrázate de esto?
Ya me conocen, lo hacen con mucha prudencia. Pero no solo yo, todos tratamos de cooperar, de hacer esto lo mejor posible y agradable. Si tú ves los promocionales, verás que los jugadores lo disfrutan.

Te pregunto si de verdad estás disfrutando todo esto. Con todo respeto, como que a ti alguien te enseñó que el trabajo no es para disfrutar, sino para tensarse, para sufrir.
Pero disfrutando; yo lo disfruto mucho, yo lo que hago lo hago disfrutándolo mucho. Es, además, como mejores resultados puedes tener. En el fondo lo estoy disfrutando y termino tranquilo.

Te sientes feliz, te sientes soñado con esta responsabilidad.
Me siento bien, por supuesto que sí con la responsabilidad de buscar esos resultados que necesitamos, que queremos todos.

Pero, bueno, supongo que así has sido siempre, desde niño, de seño fruncido, tenso, en la escuela, en todos lados.
Gruñón, sí; enojón, cuando las cosas no me salen, hasta de llorar de coraje. Pero sabes, para mí es la única manera de hacerlo. Puedo modificar algunas cosas para crecer, para mostrarlo de mejor manera, pero creo que esa manera de hacerlo, con esa intensidad es la que me identifica.

¿Eres soberbio?
No creo ser soberbio; el hecho de ser serio, no quiere decir que seas soberbio. Soy una persona que pregunta mucho, que escucha mucho; sí gruñón, enojón.

¿Eres mamón, eres crecido?
Mira, a la gente a lo mejor puedo dar ese aspecto, porque no me conocen, porque no convive conmigo; además, porque así lo transmiten a lo mejor otros, pero el hecho de ser serio, de ser responsable, de decir las cosas directas, no te lleva a lo otro. Hay otros que te pueden rodear la espalda con abrazos, pero son falsos. Yo busco ser la persona que soy, nada más. A muchos no les gustará, pero, las cosas son así, no pasa nada.
La Afición.

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