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En entrevista con Excélsior, Arpaio, de 80 años, quien comenzó su carrera como agente antinarcóticos, dijo que México necesita más que dinero y helicópteros contra el crimen.
“Creo que debemos de ayudar a México entrando allí con nuestra Patrulla Fronteriza y nuestros militares, trabajando juntos para tratar de aliviar las masacres de los cárteles.
“No estoy hablando de invadir a México (...) Si podemos ser operativos en Afganistán y en Irak, ¿por qué no podemos ayudar a nuestro vecino a ser operativo y darle equipos?
“Siempre estamos diciendo: ‘Les dimos equipo, les dimos entrenamiento’. Siempre ha sido lo mismo en los últimos 50 años y nada ha cambiado”, dijo vía telefónica Arpaio, quien en noviembre fue reelegido por sexta vez consecutiva como sheriff.
“Debemos entrar a México con patrullas"
El encargado de aplicar la legislación que criminaliza a los inmigrantes sin documentos, dijo estar dispuesto a reunirse con el presidente Enrique Peña Nieto y sugiere enviar apoyo militar y policiaco estadunidense a nuestro país para enfrentar a los cárteles de la droga.
Joe Arpaio, el controvertido alguacil de Arizona que hace valer la ley antiinmigrante SB 1070, la más estricta en la historia de Estados Unidos, dijo a Excélsior que si tanto molesta esa ley a los mexicanos, que negocien para cambiarla, pues su deber como policía se limita a hacerla cumplir, no a legislar.
“¿Por qué la gente del Consulado General de México no viene a verme? Yo acostumbraba llevarme bien con los otros cónsules generales de México. ¿Por qué les da miedo venir a ver al sheriff? El cónsul viene a ver a algunos alcaldes, pero no viene a ver al sheriff cuando yo soy el que pone a los mexicanos en las cárceles”, dijo vía telefónica desde la ciudad de Phoenix.
A un mes de haber sido reelegido por sexta vez consecutiva como alguacil del condado de Maricopa, Arpaio se pronunció por negociar soluciones concretas a la inmigración indocumentada y el narcotráfico en vez de hablar y hablar sin lograr nada.
“Creo que debemos de ayudar a México entrando allí con nuestra patrulla fronteriza y nuestros militares, trabajando juntos para tratar de aliviar las masacres de los cárteles, las matanzas de gente inocente y para darles los recursos juntos. No estoy hablando de invadir México”, dijo.
Su biografía, disponible en la página del alguacil de Maricopa, http://mcso.org/About/Sheriff.aspx, señala que comenzó su carrera siendo un agente federal antinarcóticos, que destacó por infiltrar a organizaciones del narcotráfico desde Turquía, Oriente Medio, México, Centro y Sudamérica, y alrededor de ciudades de Estados Unidos.
A sus 80 años de edad este policía que se describe a sí mismo como “un alguacil a la antigua” un poco como los del viejo oeste, está convencido de que México y los mexicanos necesitan ayuda militar como la que han recibido Irak y Afganistán, para solucionar su problema del narcotráfico.
“Me enviaron a la Ciudad de México. Nos odiaban, pero yo acostumbraba recibir al procurador general (Pedro Ojeda Paullada, durante el sexenio de Luis Echeverría) en mi casa. Le gustaba el pay de arándanos que mi esposa cocinaba y luego tomábamos un poco de whiskey. Logré más cultivando esa relación que haciendo uso del gran garrote”, dijo.
Tras recordar que hace unas décadas ejerció actividades operativas en México, dijo estar dispuesto a venir a hablar con el presidente Enrique Peña Nieto, sin temor a los tres o cuatro cárteles de la droga que le han puesto precio a su cabeza.
“Tuve oficinas en Panamá donde trabajé con el general Manuel Noriega. Tuve una oficina en Argentina y muchas oficinas en México, donde trataba con el presidente (Luis) Echeverría y con el procurador Ojeda Paullada (1971-76). Tuve buenas relaciones con los funcionarios y con la gente de México, Sudamérica y de Turquía y Oriente cuando fui agente (de la DEA).
“Parte de los deberes del consulado mexicano es hablar con la gente de su país que está en la cárcel. ¿Porqué no me han visitado? Todos los candidatos que contienden por la presidencia de Estados Unidos me han llamado y algunos de ellos me visitaron en mi oficina pidiendo mi apoyo el año pasado.
¿Porqué no puedo recibir a nadie de México, dado que viví allá y lo entiendo mejor que cualquier otro político? ¿Porqué no me piden que vaya para que platiquemos? Esa sería una buena pregunta que yo les haría a ellos. ¿Porqué el presidente de Estados Unidos no viene y me pide mi opinión después de todos esos años en países extranjeros y 20 años como sheriff?
“La inmigración ilegal se convirtió en un gran acontecimiento político hace varios años. La gente empezó a hablar de eso, los políticos hablaron de eso, el presidente Obama habla de eso. Todo el mundo habla de eso, pero nunca se ha hecho gran cosa al respecto.
—Nosotros les llamamos “indocumentados”, alguacil.
— ¿Ah si? Entonces porqué cuando los guatemaltecos entran a México ilegalmente ustedes no les llaman indocumentados ¿Porqué le preocupa que yo diga que son inmigrantes ilegales. Ellos violaron la ley, no entiendo porque usted les llama indocumentados.
“Entiendo su punto de vista. A la prensa no le gusta que se les llame ilegales, especialmente la que está en favor de la amnistía. Lo que debemos hacer en primer lugar es reunirnos sin miedo a no ser políticamente correctos y poner las cartas sobre la mesa.
Confío un poco en que este nuevo año llevemos el asunto de la inmigración a Washington. Lo triste de todo esto es que para ganar una elección aquí se necesita el voto hispano ¿Qué tiene eso que ver con no haber resuelto el problema en el pasado? Que los políticos están pensando ahora en hacer algo porque quieren ser electos. Así es nuestro sistema.
—¿Es por las razones equivocadas?
— Sé lo que haría si fuera presidente de Estados Unidos pero no soy el presidente. Usted hizo un buen punto, nosotros enviamos militares a Irak y Afganistán y a otros países extranjeros a ayudar, a ayudar a la policía. Nosotros deberíamos hacer eso en nuestro país vecino.
—Pero los mexicanos, la población, no quiere ese tipo de ayuda alguacil.
—Lo que estoy sugiriendo es controvertido, pero tengo que remontarme a la historia para mostrar como yo acostumbraba operar con la sanción del presidente (mexicano). Nosotros éramos operativos en México e hicimos todo lo que hacían las fuerzas del orden, lo que los federales mexicanos y el Ejército hicieron. Yo hice eso por años en Turquía y en México.
“Creo que debemos de ayudar a México entrando allí con nuestra Partrulla Fronteriza y nuestros militares, trabajando juntos para tratar de aliviar todas las matanzas de los cárteles, las matanzas de gente inocente y darles los recursos juntos. No estoy hablando de invadir a México, sino de que yo acostumbraba hacer eso, nosotros teníamos funciones operativas.
“Si podemos ser operativos en Afganistán y en Irak ¿Porqué no podemos ayudar a nuestro vecino a ser operativo y darle equipos? Con esto no quiero decir que se les entreguen solamente helicópteros para luego decir: ‘les dimos equipo, les dimos entrenamiento’.
“Siempre estamos diciendo: ‘Les dimos equipo, les dimos entrenamiento’. Siempre ha sido lo mismo en los últimos 50 años y nada ha cambiado. Mi respuesta es que cuando era director mis agentes encubiertos estaban en las balaceras y yo acostumbraba hablar a su periódico.”
“No era un secreto que los agentes de Estados Unidos estaban allá en las batallas a balazos y confiscando drogas. Técnicamente uno no puede hacer arrestos pero yo trabajé con los federales y los militares.
“Yo trabajé con los militares todo el tiempo y les pedí que hicieran algunas cosas. Obviamente no voy a decirle qué les ordené. Pero no vi ningún alboroto público ni que dijeran ‘¿Porqué tienen agentes de Estados Unidos en nuestro país (participando) en balaceras y todo lo demás?’
“¿Dónde estaba el alboroto cuando estábamos tratando de detener el tráfico de drogas? No sé que cambió realmente hoy. Usted no quiere el uniforme militar allá. ¿Esa es la gran diferencia? ¿Nuestro uniforme es lo que no quiere?
“Yo sólo estoy tratando de decir que trabajemos juntos para detener esto. Yo creo que ustedes tienen que educar a la gente de México que estuvo allí para ayudar a detener la violencia a ambos lados.”
—¿Hay algo más que considere importante?
— Si el presidente Obama oye esto, tal vez tenga más interés en México en vez de sólo decir “aseguremos la frontera”. Me encantaría hablar con el presidente si él quiere hablar conmigo.
“Yo no tuve problemas trabajando con el gobierno mexicano pero no olvide que aquí siempre tildan al gobierno Mexicano de corrupto, siempre se habla de la corrupción, la corrupción, la corrupción.
“Yo estuve en México y trabajé en grandes casos internacionales junto con los funcionarios de México y puedo decir que mis casos no estuvieron en peligro y que no tuve ningún problema. Se que allá hay corrupción, pero también hay corrupción en Estados Unidos.
“Todo se resume a una cuestión de confianza, a ser honesto, al menos ser honesto, a tratar de ser honesto y confiar. ¿Porqué razón no ha de ser así?”
En noviembre, Arpaio fue reelegido por sexta vez consecutiva como alguacil del condado Maricopa, a pesar de las acusaciones de prácticas de perfil racial en su contra.
Arpaio recibió 53 % de los votos a su favor frente a 42 % de su contrincante, el candidato demócrata Paul Penzone, después de que fueron contabilizados los votos de 385 de los 724 precintos del condado. El alguacil, de 80 años, venció en una de las contiendas electorales más disputadas desde que fue elegido por primera vez en 1992.
Polémico
Arpaio es conocido por su mano dura en contra de la inmigración indocumentada y por llevar a cabo operativos que culminan con el arresto de personas “sin papeles”.
El departamento de Arpaio es la única agencia policial de Arizona que practica redadas en negocios y locales donde detiene a trabajadores indocumentados.
El controvertido alguacil actualmente es objeto de una demanda interpuesta en su contra por el Departamento de Justicia de Estados Unidos por acusaciones de prácticas de perfil racial en contra de conductores hispanos.
También se encuentra a la espera del veredicto de un juicio entablado en su contra por varias organizaciones civiles por las mismas acusaciones.
En agosto pasado, el activista Javier Sicilia tuvo una reunión con Arpaio, donde le exigió al alguacil que diera un trato humano a los inmigrantes que detiene... Excélsior...
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