¿Elección válida? ¿Auténtica? ¿Legítima? Recientemente se habló de elevarle el nivel de exigencia al TEPJF respecto de la calificación que tiene como obligación emitir sobre las elecciones pasadas. Es inútil, en mi opinión. Las cosas ya pasaron y desde hace varios años se debió haber trabajado para que lo que ahora denuncian los partidos políticos no hubiera ocurrido.
Independientemente de la calificación que se le otorguen a las elecciones, los protagonistas de las mismas, se encargaron con antelación de crear entre sus seguidores las suficientes sospechas sobre los adversarios, como para alimentar el odio entre los ciudadanos por otros seis años y diga lo que diga el TEPJF, la sentencia ciudadana ya está en marcha desde el 2 de julio.
De qué servirá a los simpatizantes del candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, que se les presenten pruebas de que la campaña del priista, Enrique Peña Nieto, no fue favorecida por la televisión o por grupos de poder fáctico o que las encuestas fueron víctimas de un algoritmo mal aplicado. Ellos ya han calificado la elección como basura y se disponen a ensuciar el camino tricolor en el sexenio. Ya están en el siguiente paso.
De qué servirá presentarle a los priistas pruebas sobre la inexistencia del “charolazo” que supuestamente protagonizaron cercanos a AMLO o convencerlos de que los recursos con los que milagrosamente sobrevivió el tabasqueño durante seis años de campaña sin trabajar, fueron bien habidos. Ellos, los priistas, ya han decidido vengar las ofensas o por lo menos, intentarán borrar del mapa político a ese señor que habla gracioso y que no se tienta el corazón para llenar de porquería el ambiente y que ya los tiene hasta el copete.
De qué sirve explicarle a los panistas, que su estrepitosa y vergonzosa derrota el 1 de Julio, se debió en gran medida, a la nefasta actuación de los gobiernos emanados de ese instituto político que por una inexplicable maniobra, se alejaron de los principios e ideología que los fundó como fuerza opositora, honesta y preocupada por los mexicanos. Ellos, con el azul en sus venas, están acechando para que llegado el momento, aprovechen la oportunidad de asaltar nuevamente la silla presidencial y con ello saciar otra vez su hambre de corrupción y amiguismo.
Es momento para que los ciudadanos dejemos de ser simples borregos, ignorantes de las verdaderas intenciones de las élites del poder y hagamos valer nuestra capacidad para exigirles seriedad, honestidad y trabajo profesional. No será con una calificación a toro pasado como se solucionarán nuestros problemas, porque independientemente de ella, si no se resuelven las irregularidades que se vivieron y desembocan en una ley aplicable y un sancionador eficaz, en 2018 tendremos el mismo lodazal en el que ahora nos ahogamos y que fue provocado por todos. No nos engañemos, nadie se salva.
email: jorgediaz@live.co.uk
Twitter: @adejorge
Facebook: http://www.facebook.com/JorgeDiazElizondo
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Independientemente de la calificación que se le otorguen a las elecciones, los protagonistas de las mismas, se encargaron con antelación de crear entre sus seguidores las suficientes sospechas sobre los adversarios, como para alimentar el odio entre los ciudadanos por otros seis años y diga lo que diga el TEPJF, la sentencia ciudadana ya está en marcha desde el 2 de julio.
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De qué servirá presentarle a los priistas pruebas sobre la inexistencia del “charolazo” que supuestamente protagonizaron cercanos a AMLO o convencerlos de que los recursos con los que milagrosamente sobrevivió el tabasqueño durante seis años de campaña sin trabajar, fueron bien habidos. Ellos, los priistas, ya han decidido vengar las ofensas o por lo menos, intentarán borrar del mapa político a ese señor que habla gracioso y que no se tienta el corazón para llenar de porquería el ambiente y que ya los tiene hasta el copete.
De qué sirve explicarle a los panistas, que su estrepitosa y vergonzosa derrota el 1 de Julio, se debió en gran medida, a la nefasta actuación de los gobiernos emanados de ese instituto político que por una inexplicable maniobra, se alejaron de los principios e ideología que los fundó como fuerza opositora, honesta y preocupada por los mexicanos. Ellos, con el azul en sus venas, están acechando para que llegado el momento, aprovechen la oportunidad de asaltar nuevamente la silla presidencial y con ello saciar otra vez su hambre de corrupción y amiguismo.
Es momento para que los ciudadanos dejemos de ser simples borregos, ignorantes de las verdaderas intenciones de las élites del poder y hagamos valer nuestra capacidad para exigirles seriedad, honestidad y trabajo profesional. No será con una calificación a toro pasado como se solucionarán nuestros problemas, porque independientemente de ella, si no se resuelven las irregularidades que se vivieron y desembocan en una ley aplicable y un sancionador eficaz, en 2018 tendremos el mismo lodazal en el que ahora nos ahogamos y que fue provocado por todos. No nos engañemos, nadie se salva.
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