El Congreso queda en familia

24 Horas. Dicen que México es una democracia, pero hay dinastías. Dice la Constitución que todos los ciudadanos somos iguales, pero hay ciertos apellidos que rezuman poder. Dice el artículo 12 de la Carta Magna que en el país no existen honores hereditarios, pero decenas de congresistas han logrado demostrar lo contrario.

En la próxima legislatura federal —la número LXII, que comenzará el 1 de septiembre— habrá, por lo menos, 53 diputados y senadores que han llevado a sus últimas consecuencias aquello de que la familia es primero: o son políticos gracias a sus parientes, o han impulsado a sus familiares a la alta política.

Hay de todo: hermanos de, nietos de, yernos de, esposas de, compadres de, hijos de…

Y, en varios casos, habrá hasta tres representantes de un mismo linaje en el Congreso. Un ejemplo de defensa de la familia como núcleo de la sociedad lo provee el propio Presidente de la República. Su hermana Luisa María, mejor conocida como Cocoa, llegará al Senado tras haber perdido la pelea por la gubernatura de Michoacán. También despachará ahí Mariana Gómez del Campo (prima segunda de Margarita Zavala, actual primera dama); y José Guillermo Anaya Llamas, compadre de Felipe Calderón, tendrá sus oficinas en la Cámara de Diputados.

Un caso aún más claro es el de Miguel Ángel Yunes, ex priista redimido en panista. Este patriarca logró que los tres senadores electos por Veracruz lleven su apellido: José Yunes Zorilla, Héctor Yunes Landa y Fernando Yunez Márquez. Y el antiguo director del ISSSTE en verdad lo intentó, pero no todo se puede en la vida: Eduardo Alejandro Vega Yunes y Oliver Aguilar Yunes buscaron una curul en la Cámara de diputados, pero no la lograron...>>>

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