La Sana Distancia | Jorge Diaz
Domingo, día en el que tienes
pretexto para escaparte de la realidad sin reproches. Dedicándome a lo que me
dedico, el domingo pasado no quería saber nada de elecciones, candidatos,
noticias, redes sociales y marchas. El deseo era entregarme pecaminosamente a
la comida chatarra, recibir el sol con desenfado y distraerme un poco más tarde
en… ¡el cine! ¿Qué película? Una que no me comprometa ni me mortifique, una que
me divierta y me haga reír, quería distraerme, entonces la mejor opción fue Men
in Black III.
Pensé que un complejo de cines dentro
de un centro comercial sería la mejor opción. Elegí uno en una zona que es
considerada de clase media y media alta, se caracteriza porque ahí viven jóvenes
que normalmente y por el poder adquisitivo de sus padres, se la pasan bien en
el shopping de fin de semana y su acercamiento al cine y otras atracciones
ubicadas en el centro comercial es multitudinaria.
Casi recién estrenada la película en
cuestión, era de esperarse una gran afluencia de chavos ese día. La sala estaba
llena en las tres cuartas partes de su capacidad (considerando la crisis es muy
buena entrada), en su mayoría, con jóvenes por supuesto. Pues llegó la hora de
la función que obviamente sería precedida por los tradicionales anuncios, en
esta ocasión y para el colmo de todos mis males, la publicidad era política.
Dos anuncios, uno del verde
ecologista conducido por actores de televisa y otro del PRI. Ambos, como es
lógico, hacían el recordatorio de la candidatura de Peña Nieto.
Pues arrancó la publicidad y cada
vez que los conductores mencionaban al verde ecologista y sus propuestas la
sala se llenaba de un estruendoso BUUUU!, BUUUU!, BUUUU!, BUUU!, que no dejaba escuchar
el mensaje. Y en cada imagen o mención de Peña Nieto el BUUUU!, cambiaba por un
NOOOO!, NOOOO!, NOOOO!, NOOOO! Y esa fue la historia durante los minutos de la
publicidad.
Me sorprendió mucho lo que ocurrió
de manera espontánea ¿Por qué? porque estaba en Naucalpan, Estado de México, porque el nivel socioeconómico de estos chavos
supondría una afinidad con el galán de Atlacomulco, porque desde hace tiempo en
los medios de comunicación machacaban hasta el cansancio que los jóvenes no
tenían memoria y que les importaba poco lo que el PRI representaba para los más
viejos y que su lógica sería la de seguir una imagen fresca, joven y atractiva
visualmente.
Por favor, absténganse de decirme
que eran infiltrados de MORENA, aquí no se planeó nada y todo fue genuino, el
abucheo a Peña Nieto frente a mí, ocurrió en un lugar y una ocasión que nadie
podría predecir. No cabe duda que la dinámica de los jóvenes está experimentando
una transformación interesante. Lo dicho en este mismo espacio hace días, la
semilla ya estaba germinando con anterioridad, lo ocurrido en la ibero sólo fue
el detonador de lo que probablemente sí sea correcto etiquetar con el nombre:
“La Primavera Mexicana”.
Al presenciar aquello, mis
presentimientos eran terribles: “Si así están ahorita, no van a dejar ver la
película a gusto”, me equivoqué. Desapareció la imagen del priista, la de los
conductores de televisa y los membretes de los partidos políticos y la función
se desarrolló en un ambiente de respeto, alegría y santa paz.
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