Impresionan los logros alcanzados por el movimiento juvenil. Televisa y el PRI ya hicieron concesiones impensables hace unos días. Falta que las otras fuerzas políticas respalden una agenda que va en el interés general.
Nunca antes una revuelta social había abanderado con tanta enjundia el derecho a la información y a la libertad de expresión. En la Declaración leída en la Estela de Luz ponen como objetivo "empoderar al ciudadano a través de la información" y rechazan a Enrique Peña Nieto por representar una candidatura construida por las televisoras. Consideran que un ciudadano bien informado emitirá un voto razonado con lo cual se combatirán "miseria, desigualdad, pobreza y violencia". Comparto la esencia de su planteamiento porque uno de los mayores obstáculos a la consolidación de la democracia es la pobreza en el contenido de un buen número de medios de comunicación.
Televisa ya les dio espacio en sus noticieros y Emilio Azcárraga recurrió al Twitter para informar que el Canal 2 transmitirá el segundo debate. Peña Nieto, por su parte, ha incorporado a su discurso una fraseología socialdemócrata e insiste, una y otra vez, que es tolerante de las disidencias. Falta que las principales fuerzas políticas se sumen con decisión a estas peticiones.
El PAN y los partidos de izquierda arrastran una historia de servilismo frente a las televisoras. El 30 de mayo de 1988 Vicente Fox publicó en Proceso un desplegado titulado "No veas 24 Horas porque oculta la verdad". Con esa crítica al principal noticiero de Televisa se esperaba que Fox democratizara los medios. En lugar de eso vino una escandalosa capitulación.
El 10 de octubre de 2002 traicionó sus promesas al emitir un decreto que daba grandes beneficios a los medios electrónicos porque reducía el tiempo oficial que debían transmitir obligatoriamente. El 27 de diciembre de ese mismo año el propietario de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, previa consulta informal y nocturna con Fox, envió a su personal de seguridad a tomar por la fuerza las instalaciones desde donde se transmite la señal del Canal 40. Fox guardó silencio durante nueve días aceptando tácitamente que una empresa podía sustituir al Estado en el empleo de la fuerza. Algunos periodistas le preguntaron sobre su pasividad y fue entonces que lanzó el pusilánime "¿y yo por qué?". Después llegaron los permisos para 130 casas de juego, que autorizaron Fox y Santiago Creel en mayo de 2005. Salvo la ley electoral de 2007 el sometimiento ha continuado durante el gobierno de Felipe Calderón.
Las izquierdas han denunciado verbalmente a las televisoras pero se han doblegado en momentos claves. En diciembre de 2005 participaron en la aprobación por unanimidad, en siete minutos, de la ignominiosa Ley Televisa en la Cámara de Diputados. Ahí demostraron la flacidez de sus convicciones. En los últimos años han criticado el respaldo de las televisoras a Peña Nieto pero nunca elaboraron los estudios para demostrarlo. Esa doble moral se confirma en el Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) que con una mano va echando incienso a López Obrador y con la otra engorda la "telebancada" en el Senado al colocar en sus listas a Alejandro Puente Córdoba, un personaje cercano a las televisoras. Por cierto, estoy entre los analistas sorprendidos por el silencio del movimiento juvenil frente a la "telebancada".
Las concesiones hechas por Televisa, el PRI y Peña Nieto son considerables pero se antoja difícil que la apertura sea permanente. Por su historial, más bien parece una forma de contener temporalmente las críticas y reducir los efectos de la protesta sobre la comodísima ventaja que tienen Peña Nieto y el PRI en las intenciones de voto. Lo más lógico es que pasadas las elecciones vuelvan a cerrarse los espacios aprovechándose de la debilidad de un gobierno federal exhausto.
En el segundo debate (que gracias a los jóvenes tendrá más difusión), los opositores de Peña Nieto tendrán la oportunidad de establecer su postura frente al movimiento y de airear sus críticas a las televisoras. Andrés Manuel López Obrador podrá ratificar ese día lo que con frecuencia declara. Josefina Vázquez Mota contará con una oportunidad dorada para demostrar qué tan "diferente" es; hasta ahora ha sido incapaz de deslindarse de Felipe Calderón, ya veremos si se atreve con las televisoras. Finalmente será un momento adecuado para que Gabriel Quadri demuestre que su "encabronamiento" le alcanza para poner distancia de los poderes fácticos, por ejemplo de Elba Esther Gordillo que lo puso de candidato.
Es imposible saber hasta dónde llegará el movimiento juvenil o si sus logros serán definitivos. Es indudable la justeza de su agenda. Es un imperativo ético e histórico acompañarlos con respeto a su autonomía.
La miscelánea
En Cozumel El Niño Verde, Jorge Emilio González, pide a los integrantes del movimiento #Yosoy132 "que se dediquen a trabajar". ¿Qué opina Peña Nieto sobre esta joya?
Colaboró Abraham RoMa.
Nunca antes una revuelta social había abanderado con tanta enjundia el derecho a la información y a la libertad de expresión. En la Declaración leída en la Estela de Luz ponen como objetivo "empoderar al ciudadano a través de la información" y rechazan a Enrique Peña Nieto por representar una candidatura construida por las televisoras. Consideran que un ciudadano bien informado emitirá un voto razonado con lo cual se combatirán "miseria, desigualdad, pobreza y violencia". Comparto la esencia de su planteamiento porque uno de los mayores obstáculos a la consolidación de la democracia es la pobreza en el contenido de un buen número de medios de comunicación.
Televisa ya les dio espacio en sus noticieros y Emilio Azcárraga recurrió al Twitter para informar que el Canal 2 transmitirá el segundo debate. Peña Nieto, por su parte, ha incorporado a su discurso una fraseología socialdemócrata e insiste, una y otra vez, que es tolerante de las disidencias. Falta que las principales fuerzas políticas se sumen con decisión a estas peticiones.
El PAN y los partidos de izquierda arrastran una historia de servilismo frente a las televisoras. El 30 de mayo de 1988 Vicente Fox publicó en Proceso un desplegado titulado "No veas 24 Horas porque oculta la verdad". Con esa crítica al principal noticiero de Televisa se esperaba que Fox democratizara los medios. En lugar de eso vino una escandalosa capitulación.
El 10 de octubre de 2002 traicionó sus promesas al emitir un decreto que daba grandes beneficios a los medios electrónicos porque reducía el tiempo oficial que debían transmitir obligatoriamente. El 27 de diciembre de ese mismo año el propietario de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, previa consulta informal y nocturna con Fox, envió a su personal de seguridad a tomar por la fuerza las instalaciones desde donde se transmite la señal del Canal 40. Fox guardó silencio durante nueve días aceptando tácitamente que una empresa podía sustituir al Estado en el empleo de la fuerza. Algunos periodistas le preguntaron sobre su pasividad y fue entonces que lanzó el pusilánime "¿y yo por qué?". Después llegaron los permisos para 130 casas de juego, que autorizaron Fox y Santiago Creel en mayo de 2005. Salvo la ley electoral de 2007 el sometimiento ha continuado durante el gobierno de Felipe Calderón.
Las izquierdas han denunciado verbalmente a las televisoras pero se han doblegado en momentos claves. En diciembre de 2005 participaron en la aprobación por unanimidad, en siete minutos, de la ignominiosa Ley Televisa en la Cámara de Diputados. Ahí demostraron la flacidez de sus convicciones. En los últimos años han criticado el respaldo de las televisoras a Peña Nieto pero nunca elaboraron los estudios para demostrarlo. Esa doble moral se confirma en el Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) que con una mano va echando incienso a López Obrador y con la otra engorda la "telebancada" en el Senado al colocar en sus listas a Alejandro Puente Córdoba, un personaje cercano a las televisoras. Por cierto, estoy entre los analistas sorprendidos por el silencio del movimiento juvenil frente a la "telebancada".
Las concesiones hechas por Televisa, el PRI y Peña Nieto son considerables pero se antoja difícil que la apertura sea permanente. Por su historial, más bien parece una forma de contener temporalmente las críticas y reducir los efectos de la protesta sobre la comodísima ventaja que tienen Peña Nieto y el PRI en las intenciones de voto. Lo más lógico es que pasadas las elecciones vuelvan a cerrarse los espacios aprovechándose de la debilidad de un gobierno federal exhausto.
En el segundo debate (que gracias a los jóvenes tendrá más difusión), los opositores de Peña Nieto tendrán la oportunidad de establecer su postura frente al movimiento y de airear sus críticas a las televisoras. Andrés Manuel López Obrador podrá ratificar ese día lo que con frecuencia declara. Josefina Vázquez Mota contará con una oportunidad dorada para demostrar qué tan "diferente" es; hasta ahora ha sido incapaz de deslindarse de Felipe Calderón, ya veremos si se atreve con las televisoras. Finalmente será un momento adecuado para que Gabriel Quadri demuestre que su "encabronamiento" le alcanza para poner distancia de los poderes fácticos, por ejemplo de Elba Esther Gordillo que lo puso de candidato.
Es imposible saber hasta dónde llegará el movimiento juvenil o si sus logros serán definitivos. Es indudable la justeza de su agenda. Es un imperativo ético e histórico acompañarlos con respeto a su autonomía.
La miscelánea
En Cozumel El Niño Verde, Jorge Emilio González, pide a los integrantes del movimiento #Yosoy132 "que se dediquen a trabajar". ¿Qué opina Peña Nieto sobre esta joya?
Colaboró Abraham RoMa.
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