La Sana Distancia | Jorge Diaz
La polémica en torno a la negativa a presentarse al debate organizado por Aristegui la levantaron, como es obvio, los simpatizantes de los adversarios políticos de Enrique Peña Nieto. La intención, alterar su imagen hacia una más negativa para intentar arrebatarle unos puntos en las encuestas ¿lo lograrán? Sólo los próximos sondeos lo dirán.
De entrada, los informados podrían expresar su decepción sobre la negativa, pero el grueso del electorado se está moviendo en una lógica diferente, por lo que creo que poco influirá en la percepción que se tiene del candidato tricolor y en esa misma lógica se mueve Peña Nieto, porque ahí están los votos que le darán el triunfo (en caso de que se consume).
De tal manera que los que apuestan a ejercer toda la presión posible para obligar al priista a salirse de su área de confort y arriesgar el pellejo en un debate libre y sin control, se quedarán esperando, a menos que algo extraordinario ocurra en los siguientes veinte días que lo hiciera caer veinte puntos, lo cual se antoja imposible.
No hay esperanza, el de Atlacomulco seguirá los pasos de Eruviel Ávila cuando compitió por la gubernatura del Estado de México: Fue al debate, se pinto chapitas, simuló una sonrisa, hizo oídos sordos de los ataques de sus contrincantes, dejó el mensaje que le convenía y se fue derechito a ocupar el puesto de gobernador.
Lejos de soñar con un desplome en las preferencias de Peña Nieto, considero que lo realmente efectivo para aspirar a ponerle un contrapeso en la campaña, es la caída (yo diría inmediata) de uno de los dos que se disputan el segundo y tercer lugar, pero eso sólo lo decide la gente.
La obligación de salirse de su script no es de él, en todo caso, la obligación de los que no quieren que llegue a la presidencia es de hacer algo efectivo y rápido, de lo contrario, no hay queja que valga después, ese sería el hombre que la mayoría de los mexicanos quiere que sea su próximo presidente. Lo demás es pirotecnia.
Comentarios
Publicar un comentario
Hacer un Comentario