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Proceso |
Suelto, desenfadado y sin
teleprompter, el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, logró finamente contagiar a su verdadero sector cautivo: las mujeres. Arropado
por cientos de ellas, mujeres de todas las edades, el aspirante priista
llegó a las instalaciones de Expo Guadalajara y se dejó querer por su
público, cual galán de telenovela. Como si de una estrella del rock se tratara, las mujeres gritaban
emocionadas. Las más afortunadas, lo abrazaban; otras, estiraban sus
manos para tocarlo; otras más gritaban “¡Peña Nieto, mi amor!”...
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