Los ciudadanos deben ser los protagonistas de las campañas

Los partidos y candidatos han iniciado campañas para ganar el voto. Quien gobierna enfrenta el balance sobre su desempeño en el poder. El tema central de la elección presidencial es si habrá de continuar gobernando el PAN otros seis años más o se dará paso a la alternancia, es decir, que otro partido se haga cargo del gobierno nacional. Precisamente por esta razón el presidente Calderón se ha esmerado en acreditar su gestión justamente en el periodo que los partidos y candidatos han debido guardar silencio. Aparentemente, una condición ventajosa para el partido en el poder; sin embargo, también ineficaz en la medida que las encuestas registran que sólo un tercio de los electores favorece la continuidad del partido gobernante.


El debate central es continuar igual o el cambio. El gobierno federal ha hecho un esfuerzo desproporcionado de publicidad durante los pasados 45 días. Así, las cifras de evaluación del primer mandatario son altas; sin embargo, esto no se ha trasladado a la intención de voto para el PAN y sus candidatos. De hecho las cifras a la baja se empezaron a dar a partir del 15 de febrero, cuando arreció la campaña del gobierno.

Son muchas las consideraciones que inciden en el estado de las preferencias. El PAN ha tenido falta de claridad para unirse en torno a su candidata presidencial. La selección de candidatos no fue consecuente con el resultado de la elección interna. Además, la inclusión de figuras polémicas y emblemáticas de lo que no se quiere afectó la legitimidad que se ganó con la elección de la candidata presidencial. También el protagonismo presidencial ha afectado al PAN y a su candidata.

Las reglas del juego y su condición de jefe de Estado obligan al Presidente a la imparcialidad. Asimismo, que las autoridades de los tres órdenes de gobierno suspendan sus programas de comunicación social. Inicia el periodo de campaña, exclusivo de los partidos y de sus candidatos. Sin embargo, la sociedad, los medios y los líderes de opinión tienen un lugar importante en la definición de contenidos y en la conducción misma del debate nacional. Dos hechos positivos así lo revelan: las preguntas a los candidatos presidenciales que hicieran destacados intelectuales sobre temas fundamentales para el país y el acuerdo de los coordinadores de campaña para participar en un encuentro semanal en radio con la periodista Carmen Aristegui, de la cual ya se dio un primer anticipo con la asistencia de Roberto Gil Zuarth por parte de la candidata Vázquez Mota y de Luis Videgaray como representante de Peña Nieto.

Estos son dos signos que indican que las campañas de 2012 serán mejores que las de 2006, a pesar de las reglas del juego. A contrapelo de la exclusión de ciudadanos que trajo consigo la reforma de 2007, los dos hechos muestran que la sociedad es protagonista central del proceso democrático. Los candidatos ahora deben encarar temas presentados por destacados mexicanos al margen de los partidos políticos. Asimismo, los representantes de los tres candidatos presidenciales dialogan y debaten con libertad y ofrecen información valiosa y útil para un voto razonado.

Las campañas inician, de acuerdo con los resultados publicados por diversas casas encuestadoras, con una clara ventaja del candidato Enrique Peña Nieto, quien ha desplegado una estrategia regional y posicionamiento temático acordes con la demanda ciudadana. Se ha hablado del carisma del candidato del PRI, también del talento de su equipo de colaboradores y de la calidad de la publicidad y estrategia de comunicación. Sin embargo, lo que no se ha advertido es que por primera vez el PRI postula un candidato que es expresión de las regiones y de los estados del país, una sensibilidad que lo pone en ventaja frente al centralismo —tradicional de la práctica política mexicana— de sus dos adversarios. Lo que nos lleva a pensar que a eso corresponde la modalidad del primer acto de campaña en Guadalajara y será una de las fortalezas que le permitan continuar construyendo en las preferencias del electorado. La eficacia política que mostró en el Estado de México y que es evidente en cifras publicadas por respetadas instituciones, ahora se deberá aplicar en todas las regiones del país.

Josefina Vázquez Mota se ubica en un segundo lugar; sin embargo, es preciso tener presente que las tendencias son más importantes que las posiciones. En una campaña, es posible que haya modificaciones en las intenciones de voto, lo que significa que el cambio puede darse en cualquier sentido, pero revertir tendencias no es fácil. Para tener una idea de lo estrecho de los tiempos, el día de las elecciones está más cercano que el del inicio de año.

Lo que ocurre en su momento se vuelve irreversible. El PAN debió emplearse más a fondo para dar espacio y liderazgo a Josefina Vázquez Mota; siendo una gran candidata, los intereses partidarios y el protagonismo presidencial se lo han impedido. Aunque la gente magnifica errores para explicar la realidad, mucho de lo que se ve o se platica en determinados círculos no es de trascendencia para los votantes. Lo más significativo son los signos que el electorado descifra. En ello radica la diferente situación y la estrategia de los candidatos presidenciales.

La tentación por la espectacularidad no deja de estar presente, también las llamadas campañas negras. Sin embargo, toda acción a contrapelo de la inteligencia y sensibilidad del elector tendrá efectos negativos. Situación que complica lo que puede hacerse de ahora a la fecha de la elección. Por otra parte, los partidos políticos no sólo aprobaron, sino que promovieron el actual modelo de comunicación y la asignación de tiempos que estableció la reforma de 2007, por ello llama la atención el reclamo de sus candidatos y equipos sobre las reglas que ellos erigieron. En esto PRI y PVEM también tienen una clara ventaja que, cándidamente, les regalaron los legisladores del PAN y el PRD en 2007.

Las campañas cobran realidad y dan evidencia de las diferencias entre cada una de las opciones. Como en toda democracia, la competencia es de contenidos, pero también de formas y de destreza en la comunicación. Más que candidatos y partidos, los ciudadanos serán los protagonistas centrales de estas campañas que apenas inician.

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