Cuando
el oficio político representa hablar más que actuar, se corre el riesgo continuo
de quedar peor de lo que se pretende, mientras la virtud de callar y reconocer
errores, es prácticamente desconocida por la mayoría de los del gremio.
Tal
es el caso de dos de los miembros de la familia Calderón, hoy en el poder, que
tratando de salir del paso por el peso que se les viene encima, caen en
contradicciones que dan pena. Me refiero a la “Cocoa”, hermana de Felipe
Calderón, y al propio presidente.
Como
era de esperarse, el PRI reaccionó fuertemente después del “tamaulipazo”
propinado por la administración calderonista hacia tres ex gobernadores de
extracción tricolor, haciendo (como bien sabe el presidente), uso de la
justicia con fines electorales. El revolucionario institucional reviró,
presentando unas grabaciones en donde supuestamente la hermana del mandatario con
el afán de salir beneficiada, insinúa hacer uso de los recursos públicos, algo
que denominó: “billetazo”.
En
entrevista radiofónica, confesó no saber exactamente de qué se trataba, pero
eso sí, negó rotundamente ser ella quien hablaba en dichas grabaciones. Pero ayer
miércoles varios periódicos cabecearon la nota respecto de su intención para actuar
legalmente contra el PRI ¡por espionaje! Si al principio negó su voz, ahora
está diciendo que la espiaron ¿entonces sí es su voz? Porque en todo caso la
acusación contra sus adversarios debió haber sido por falsear una grabación,
haciendo pasar a otra persona como ella. ¿Eres o no eres Cocoa? Si no eres la
de la grabación, entonces nunca te espiaron, pero si te espiaron, entonces sí
eres la de la voz, de otra manera ¿Cómo explicarías el espionaje?
Y
después del escándalo (que no el único ni el más trágico en los últimos
tiempos) de la masacre en el penal de Apodaca, el presidente Calderón propone
lo que según él es la solución para acabar con el problema: diez cárceles más
en el país. Sin minimizar la responsabilidad que autoridades estatales y
municipales tienen en la deplorable situación de nuestro sistema carcelario, la
salida del presidente da rabia.
¿De
veras cree que construyendo más jaulas se solucionará todo? Más tardarán en construirlas
que lo que tardarán los delincuentes (me refiero a los que están adentro,
afuera y los de las oficinas) en convertirla en el lucrativo negocio que son
desde hace años, rápidamente se darán a la tarea de formar delincuentes más
especializados y al servicio de los cárteles y seguirán con el maltrato de los
que adentro pagan su condena, aprovechándose de su pobreza e ignorancia.
Cuando
el sistema penitenciario (como muchos otros en nuestro país) requiere de una
solución profunda y necesita de hombres y mujeres probos para tal hazaña, el
presidente de los mexicanos se limita a ofrecer aspirinas. De ese tamaño.
Todos los textos de Jorge Diaz en: http://goo.gl/spht4
Comentarios
Publicar un comentario
Hacer un Comentario