Que el 2011 se acabe y que el 2012 no empiece

La Sana Distancia | Jorge Diaz


Interesado como soy, en el acontecer diario de México y sobre todo en la política mexicana (chafa pero divertida) me doy cuenta que el año está por acabarse y es imposible detener el sentimiento de no querer dejarlo ir pero desear ansiosamente que termine. Asimismo, el 2012 anticipa un torbellino que enturbiará nuestra cotidianeidad, con la amenaza de las infumables campañas hacia la presidencia y no sé cuantos juegos sucios por parte de los interesados en obtener el poder para que todo siga igual, motivo por el cual tampoco quiero que inicie, pero me urge que comience, para que acabe el presente año.


¿Cómo detener o adelantar el tiempo?

Se imagina el lector que el 2011 fuera eterno y no terminará la administración del “Presidente del empleo”, que nunca nos lo dio por más que quiera presumir con cifras maquilladas, o que el conteo de muertos subiera y subiera, sabiendo de antemano que ese mismo Presidente, no quiere dar un paso atrás y permaneciera por siempre en la postura de no replantearse la estrategia.

Qué tal que se perpetuara la FIL Guadalajara, para ver si un día el “golden boy” se acordara de por lo menos un título sin confundir al autor. Que López Obrador ya instalado en plan de pastor cristiano nos recetara la cursilería del amor al prójimo per saecula saeculorum. Y que los panistas se pasmaran en la defensa de lo indefendible y presumiendo las miserias que nos han dado sus gobernantes. No ¿verdad? Pues al diablo con el 2011, pero…

Espéreme tantito, creo que el 2012 (al menos la primera mitad) será una repetición de lo anterior pero corregida y aumentada ¡cientos de miles de spots con las mismas tarugadas! Todos machacándonos lo mismo: las mezquindades de nuestra clase política. Mientras tanto, todo quedará pendiente en el territorio mexicano; es decir, lo verdaderamente importante.

Las promesas serán las de antaño, los desplantes cada vez serán más arrogantes, las jugadas sucias más viles y todo ¿para qué? Para seguir igual. Porque entre un candidato y otro no hay mucha distancia, puesto que su margen de maniobra es muy reducido. Por más que lo quieran negar, las decisiones que influyen en el bienestar o la ausencia de éste para los ciudadanos son compartidas, consultadas y/o delegadas a los verdaderos mandamases del País: Prominentes empresarios, centros financieros, banqueros, gringos, clérigos y capos.

Fácil no la tenemos, pero ni modo. Ni el 2011 detendrá su paso hasta extinguirse ni el 2012 dejará de llegar, así es que por lo pronto les deseo una feliz existencia.

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Al margen de mi pesimismo político, quiero desear a todos quienes me honran con la lectura de mis opiniones, un feliz y próspero 2012, espero seguir contando con el honor de su atención y opiniones. Hasta el próximo dos de Enero, un fuerte abrazo.

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