La Sana Distancia | Jorge Diaz
De
pronóstico reservado lo que sucederá pronto en el proceso interno del PRD para
elegir al que será su candidato en la campaña presidencial de 2012. Después del
zafarrancho reciente, es fácil adivinar que habrá altercados ¿Pero quién
resultará ganador al final? Y ¿Para qué le servirá eso a México?
Segui @adejorge
Es
evidente su incapacidad para ponerse de acuerdo y los dos contendientes tienen
fuerza para sacarse de balance entre sí de no verse favorecidos con la
candidatura, el provecho de tener una opción de izquierda o dos en el peor de
los casos, será de poca utilidad para los mexicanos.
Marcelo
Ebrard, aunque trata de darle a sus declaraciones un tinte de pluralidad al
incluir al PRI y al PAN, no puede ocultar que le envía sendos mensajes de
guerra a Andrés Manuel López Obrador. Insiste en la necesidad de abrir al
electorado en general la elección de candidatos presidenciales del PRD y no se
le ven intenciones de dar un paso atrás.
Aunque
en esto, hay que aclarar que es posible que los estrategas sólo estén estirando
la cuerda lo más que pueden para negociar todo lo que está en juego: posiciones
de poder, por lo que al final se podría esperar una negociación a puerta
cerrada, donde terminen todos gritando ¡Unidad! pero debo reconocer que este
escenario es el menos posible.
Por
su parte, López Obrador parece mantenerse en lo suyo; raro en su naturaleza,
aparenta estar muy tranquilo y no hace aspavientos por lo declarado
constantemente por Marcelo. No hay que descartar para nada una rabieta de
repente, puesto que el tabasqueño tiene la mecha corta.
De
no ser que para él, las cosas ya están decididas desde su república imaginaría
e irá si o si, como candidato presidencial con o sin el PRD. Hace poco se
filtraron algunos comentarios del líder de MORENA, en sentido que ya no le da
mucha importancia al partido de la revolución democrática, lo que no se
entiende al tener incrustados ahí a dos alfiles claves en sus aspiraciones de
quedarse con el control de los
amarillos: la dupla Padierna-Bejarano.
Por
estas contradicciones propias de todos los políticos y mucho más, el choque de
las izquierdas será inevitable, pero lo peor de todo es que parece ser que será
inútil para el país.
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