La Sana Distancia | Jorge Diaz
Es interesante y por qué no, necesario el movimiento en la estrategia de Andrés Manuel López Obrador, en su segundo intento por alcanzar la presidencia de la República. No me refiero a su nuevo slogan: “República Amorosa” (lo que parece más bien una puntada para ver como reacciona el electorado), me refiero a una de sus más recientes declaraciones en sentido de prometer que de llegar a la presidencia, lo primero que haría sería sacar a Elba Esther Gordillo del sindicato de maestros, “por el daño que le ha hecho al país”, según sus palabras.
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Es interesante y por qué no, necesario el movimiento en la estrategia de Andrés Manuel López Obrador, en su segundo intento por alcanzar la presidencia de la República. No me refiero a su nuevo slogan: “República Amorosa” (lo que parece más bien una puntada para ver como reacciona el electorado), me refiero a una de sus más recientes declaraciones en sentido de prometer que de llegar a la presidencia, lo primero que haría sería sacar a Elba Esther Gordillo del sindicato de maestros, “por el daño que le ha hecho al país”, según sus palabras.
Creo
que este es el único camino que AMLO puede recorrer para tener alguna
posibilidad, tomando en cuenta los negativos que lo perjudican tanto (y que se
ha ganado a pulso), y la amplia ventaja del priista Peña Nieto;
coincidentemente, aliado de la líder sindical en cuestión.
A
los mexicanos se nos debe el ajuste de cuentas con el pasado que nos tiene en
el retraso y corrupción institucional. A principios del 2000, pensamos que
había llegado la hora de hacer pagar a quienes cínicamente habían abusado del
país y de sus ciudadanos, pero no fue así; por el contrario, el nuevo partido
político en el poder no sólo no ajusto cuentas, sino que en muchos casos, los
recién llegados miraron hacia otro lado, copiaron las mismas prácticas, se
sirvieron de la estructura de corrupción existente y nos regalaron
prácticamente lo mismo.
A
casi doce años de distancia y aunado a factores externos y yerros internos, la
vida en México se deteriora cada vez más. Por tanto, es imperante que la oferta
política para el próximo sexenio contraste con todo lo anterior y la promesa de
búsqueda y consecución de la justicia entre los proyectos de los aspirantes es vital.
Mientras las promesas de nuestros candidatos se basen en deseos que no dependen
sólo de la voluntad presidencial y que están sujetos a muchos factores
determinados por diferentes variantes, las campañas seguirán siendo vanas
(recuerden las promesas de Calderón).
Sin
embargo, el ponerle nombre y fecha a los compromisos que tienen que ver con la
reivindicación nacional y la anhelada justicia en México, levanta el nivel y
abre un debate al que inevitablemente tendrán que subirse los protagonistas del
PRI y del PAN, si no se quieren ver rebasados y evidenciados en su coqueteo con
la historia de desgracia que nos han propinado.
Espero
que López Obrador siga en el mismo tenor ya que hay mucha tela de donde cortar.
Si de verdad quiere recuperar el terreno perdido, que empiece a decirnos que
hará -si es Presidente- con los otros líderes sindicales, caciques locales,
políticos corruptos, mandos policiales infiltrados por la criminalidad, aparato
burocrático ineficiente y déspota, empresarios ruines y violadores de la ley; además,
que obligadamente incluya a aquellos personajes que lo merezcan y que pertenecen
a los partidos de izquierda, que no se quede corto porque entonces no habrá
servido de nada este lance. Andrés Manuel: Incluye en esa lista a todos los
artífices del retraso y miseria de México, ponle nombre y fecha, di cómo,
cuando y dónde; si lo haces, así si baila mi hija con el señor!
Los artículos de Jorge Díaz siempre muestran objetividad, inteligencia y sobre todo respeto al decir lo que piensa. Mi admiración de nuevo por este brillamnte artículo.
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