John Lennon
No se trata de la mezquina actitud de regatear un logro de Gobierno importante, que incida en el cambio real de las condiciones de vida para un sector importante de la población, si fuera el caso. No se trata de la inercia en la que muchos caen de descalificar todo lo dicho desde la autoridad. Se trata de lo que me rodea a mí, de lo que veo todos los días, nada más.
En el 5º informe de Gobierno del Presidente Felipe Calderón, como es lógico, habló de lo que él considera han sido los más destacados logros de su administración. Y aun me sigo haciendo la pregunta, ¿de que país está hablando? ¿Considera Calderón, que las cifras son lo único que importa, aunque la calidad que debería de ir implícita en estas este por los suelos?
Hay algunas cosas que irritan. Habló de los cuasi santos empresarios, amigos de su administración, benefactores del mexicano muerto de hambre malagradecido, impulsores del desarrollo y la prosperidad. Pero nunca mencionó, salarios y condiciones de trabajo.
Un ejemplo: El hombre más rico del mundo, Carlos Slim, posee entre otras cosas, al grupo financiero Inbursa. En dicha Institución, se contrata al personal de ventas de seguros, créditos, Afores etc. de manera indirecta (léase: para no generar compromisos laborales), ellos, los vendedores, no tiene un sueldo base y sólo se ven beneficiados con el pago del Seguro Social por parte de la empresa durante el primer año de trabajo; al termino de éste, el empleado se ve obligado a seguir pagando de su bolsa lo correspondiente al pago mensual de dicho servicio.
A esto se refiere Calderón cuando habla de los beneficios que ha traído su administración: dejar que un puñado de ricos, se beneficie aun más, ofreciéndoles condiciones de trabajo humillantes a sus empleados, eso sí; si quieren, porque si no la puerta esta muy ancha, ya vendrá otro más muerto de hambre que acepte ese trato.
Presumió a los pensionados. Las personas con mas de 65 años de edad en México, están pagando servicios básicos con costos similares a los que se pagan en el Reino Unido, con una calidad en el servicio muy inferior a la de esos países y que además, sus pensionados tienen ingresos -los que menos- de hasta nueve veces superiores a la de los nuestros, sin contar otros beneficios.
Y el respetable se puso de pie cuando habló de materia de salud y de educación. Diga lo que diga, mientras los poderosos sindicatos del Seguro Social y Trabajadores de la Educación sigan operando con todos sus vicios, corruptelas e impunidad, no se puede aludir a la esperanza en la mejora sustancial de estos dos rubros, ni en el corto, mediano o largo plazo.
Y conste que no hablé de seguridad, violencia y sangre derramada en los últimos cinco años, porque entonces ahí sí me ganan las tripas.
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