Después de los disturbios ocurridos en varias ciudades de Inglaterra, donde la violencia por parte de grupos no muy claramente identificados por las autoridades de aquel país, pero en su mayoría conformado por jóvenes que se han apoderado de las calles, hay quienes insinúan que el riesgo de la globalización de estas manifestaciones trágicas es latente y posible. La idea no me parece descabellada.
El motivo que disparó estos desmanes no es necesariamente un detonante de la violencia en otros países del orbe. Recordemos que la chispa que encendió la furia inglesa, fue cuando un policía disparó a un joven de los suburbios de Londres provocando su muerte.
¿Qué hizo que las manifestaciones sean tan violentas y se estén expandiendo a otras ciudades de Inglaterra? Un descontento que trasciende al motivo que la originó. Durante los últimos 5 años, la economía del Reino Unido sufre como nunca antes. La inflación, el desempleo, la imposibilidad de los jóvenes de obtener un crédito menos costoso para realizar sus estudios profesionales, la disminución sustantiva en el apoyo que el Estado otorga a los ciudadanos y el aumento en las edades de jubilación para hombres y mujeres entre otros, estaban llenando de presión la olla.
Vale la pena mencionar, que Inglaterra no es el inicio de estas inquietantes expresiones violentas, organizadas y/o espontaneas de la población, los antecedentes más cercanos y distintivos son Grecia y Egipto entre otros, ambos con motivos diferentes pero con resentimientos similares: la irresponsabilidad y malos manejos de sus gobiernos en diferentes rubros que afectan y marcan por generaciones a la sociedad.
Creo que en muchos casos sí puede resultar una epidemia debido al gran descontento social. Lo que se necesita para hacer explotar la frustración es un motivo, cualquiera. Y lo que se requiere para seguir el ejemplo violento de los pueblos indignados sublevados, es otro pueblo indignado que se da cuenta que es posible salir a las calles a sacar la frustración.
También estamos viendo a Chile, el detonante es por motivos estudiantiles, donde uno de los lemas de sus manifestantes es: “estudiamos 5 años, pagamos 15” ¿en qué va a parar? O ¿hacia dónde se va a derivar?
No sabemos cómo reaccionará la sociedad norteamericana frente a los problemas económicos que sufrirán por un buen tiempo, pero de alguna manera sacarán el enojo que provoca verse de la noche a la mañana imposibilitados para saciar sus hábitos de consumo. Culparán al actual gobierno y de alguna forma se lo harán saber, la pregunta es ¿cómo?
En México hay muchos motivos acumulándose desde hace años en la población, suficientes como para dejarse llevar por la corriente de los eventos violentos que rondan el globo. Aunado a eso, nuestros gobernantes, partidos políticos y poderosos empresarios se muestran despectivamente indiferentes. Entonces la pregunta que cabe para México es ¿cuándo?
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