Segui @adejorge
Se podrán defender con los argumentos que quieran, pero no habrá palabras que valgan frente a los números y la experiencia de vida en estos últimos seis años del ciudadano de a pie. El que aspire a ser candidato a la presidencia de la República por parte del PAN, tendrá que debatirse entre romper con las estrategias del Presidente Calderón y presentarse como alguien que no está de acuerdo con él, o resignarse a no tener oportunidades de alcanzar la presidencia. En el rubro de la seguridad, más o menos la mitad de mexicanos no está de acuerdo con la manera en que Felipe Calderón lleva a cabo la estrategia de la guerra contra la delincuencia organizada. Se han dado a conocer detenciones de alto impacto, pero los efectos de éstas a favor de la población, no se perciben por ningún lado. Además, la cifra de muertos sigue en aumento y aunque lo quieran negar, los daños colaterales -víctimas civiles- también.
La droga sigue alegremente llegando a su mercado norteño y las armas fluyendo hacia nuestro país.
Inclusive, si al interior del Gobierno Federal; fuerzas armadas y las policías, los indicadores son favorables en sentido de ir ganando terreno a los criminales, no han sabido vender esta idea para que la percepción sea otra y se vea reflejado en las urnas el próximo año.
La cerrazón con la que Calderón responde cuando es cuestionado o cada vez que se le solicita revisar la estrategia para que disminuya el rio de sangre en el que se ha convertido esta guerra, no le dan al ciudadano la imagen de un líder/partido que esté dispuesto a escuchar a los demás.
En lo económico, después del anuncio del INEGI la semana pasada sobre el incremento en las cifras de desempleo, se agrega la presentación del “Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza”, que muestra que desde hace tres años, la capacidad de los trabajadores de las zonas urbanas para adquirir una canasta básica alimentaria presenta una tendencia a la baja, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
En México, 23.06 millones de personas —que representan 20% de la población nacional— no tienen suficientes recursos económicos para obtener los alimentos de consumo básico. Las zonas rurales (que aumentarían la cifra de 23 millones), aunque con alguna diferencia, también han visto caer su poder adquisitivo. Creo que no hay que agregar palabras a los números fríos que acabo de mencionar.
Seguridad y economía, los temas que llevan al ciudadano a las urnas, a refrendar Gobiernos o a echarlos por la puerta de atrás.
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