Cuantos sueños guajiros sueñan nuestros políticos hoy en día. Si algún asesor cercano al Presidente Felipe Calderón le endulzó el oído diciéndole que con la detención de Jorge Hank Rhon -personaje por demás indefendible- iba a darle un impulso a la campaña de Luis Felipe Bravo Mena en el Edomex, lo engatusó.
Incluso las encuestas levantadas días después del suceso, muestran una caída en los números del candidato mexiquense por el PAN.
Ahora bien, hay que esperar lo que pase con las indagaciones sobre el caso, puesto que en caso de errores a la hora de la detención del ex alcalde baja californiano, el efecto será aun peor. Definitivamente no se aprendió nada de la experiencia de Vicente Fox en el intento de desafuero contra López Obrador.
Parece ser que Ernesto Cordero se rodea de los mismos estrategas para su precampaña presidencial, siendo el delfín del Presidente no es de dudarse, pero sobre todo, cuando se revisan sus declaraciones en torno al poder adquisitivo de los mexicanos.
No conforme con la pifia de los seis mil pesos, ahora lanza la puntada de que el salario mínimo ya compra más que en otros años.
Más bien da la impresión que Cordero no quiere ser Presidente y lo impedirá a toda costa a base de declaraciones ofensivas. La burla hacia el que menos tienen no se perdona y más vale que Josefina Vázquez Mota y Creel se pongan las pilas para corregirle la plana al panismo porque de lo contrario, las pesadillas que últimamente ha padecido Calderón se harán realidad: Le entregará el poder a un partido distinto al suyo.
Mientras tanto, en el horizonte se avizora una partida de dos: Por un lado el PRI más mañoso y resentido que nunca y por el otro un PRD fracturado, lleno de broncas internas y maniatado por un caudillo delirante.
Y los ciudadanos sin la posibilidad de candidaturas independientes.
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