De lo que mueren los quemados





Después de la aparente unidad entre la crema y nata perredista difundida en muchos medios de comunicación nacional y del tan presumido bloque inquebrantable que viene cacareando el PRI desde hace tiempo, el inicio de campaña del panista mexiquense, Luis Felipe Bravo Mena, fue una mezcla de desprecio y resignación a la derrota anticipada.

El presidente del PAN; Gustavo Madero, no estuvo presente. Habrá quien diga que qué más da, pero en política como en muchos otros ámbitos de la vida, la forma es fondo.

Si bien antes se percibía un distanciamiento entre la dirigencia del PAN y el Presidente Felipe Calderón, ahora ésta también se nota entre el partido y sus candidatos, demostrando un desorden al interior de ese instituto político que seguramente desalienta a quienes tienen sus esperanzas fundadas en él.

Es fácil imaginar que las pugnas al interior del PAN, traerán como resultado algo similar a lo que pasó en 2000 y 2006, cuando fueron determinados grupos los que se impusieron a la mayoría y por qué no decirlo, secuestraron la voluntad del partido, provocando con esto, la difícil relación de los ofendidos y/o relegados con el presidente en turno.

Y es entonces cuando vienen todos los errores de los presidentes panistas, que al tratar de impulsar medidas importantes no cuentan con el apoyo al interior de su partido para que en unidad, las cosas se destraben con mayor facilidad. Y así se la han llevado, es probable que por esto sus esperanzas para las elecciones mexiquenses y el 2012 estén por los suelos.

Por lo pronto el aspirante panista al Gobierno del Estado de México, se limitó a dar una serie de declaraciones tratando de minimizar el desprecio del que fue objeto, mismo que ya no será posible corregir aunque Gustavo Madero le mande una postal.

Bravo Mena dijo: “Si vienen o no vienen dirigentes queda de más” y agregó, “No estoy en busca de fotografías espectaculares”. Me pregunto qué habría dicho si en el lanzamiento de su campaña se hubieran presentado Madero, Fernández de Cevallos y Fox por lo menos. Más bien da la impresión que Luis Felipe está sufriendo lo mismo de lo que mueren los quemados.


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