Ante la ausencia de propuestas nuevas, frescas, políticos de vanguardia, propositivos y sin tanto desgaste en su imagen pública y con la opción muerta por parte de la izquierda mexicana de ver algo novedoso, una parte de las campañas por la presidencia en 2012 serán la reedición del intento de López Obrador por alcanzar su meta. Paradójico, AMLO y su PAN con lo mismo.
Desde ahora, el tabasqueño perfila nuevamente la estrategia de la polarización, la mafia del poder contra el pueblo bueno, si no están conmigo están contra mi, etc. Pero en lo que hay que detenerse a pensar, es que el escenario es tan distinto al de 2006, que en este afán de imponerse a como de lugar, AMLO se convertirá en obstáculo para México, en elemento de fractura, le hará el caldo gordo al PRI. Da la impresión de estar a su servicio y él lo sabe.
Un ejemplo. De acuerdo a la más reciente encuesta sobre las preferencias electorales para gobernador en el Estado de México, la delantera la lleva Eruviel Ávila, candidato del PRI quien le saca una enorme ventaja a sus dos más cercanos contrincantes: Bravo Mena por el PAN y Alejandro Encinas por el PRD. El tiempo se agota para ellos y la chistera está vacía, ¿cómo recuperarán terreno? La honorable labor de López Obrador por reventar la alianza, llevará a quienes deseaban un cambio de aires en su Estado a otros seis largos años de espera y a su subordinado Encinas a ser un perdedor, pero eso si; muy digno. AMLO lo sabe.
El PRD y todo el honor y coherencia ideológica a la que apelaron los miembros del ala lopezobradorista, se conforman con un candidato que de entrada es cuestionado por su residencia en el Edomex (lo que lo inhabilita), algo que él mismo reconoció desde hace tiempo y que además en plena carrera, anuncia que se ausenta de las redes sociales desde el siete de Abril y ¡hasta nuevo aviso! ¿Qué campaña es esa? Y todo por satisfacer los deseos del mesías. Los priistas no se preocupan mucho por lo de su residencia, debido a que encaja perfecto en sus aspiraciones de conservar el Gobierno mexiquense, de todas formas perderá. Caldo gordo, gordísimo. AMLO lo sabe.
Sin engaños, para fines prácticos derrota es derrota.
Le habla a los suyos, pero los suyos no son suficientes, le promete al SME la creación de una empresa para ellos solitos, sin consultar si la ciudadanía está de acuerdo con esa promesa. Le rompe el paso a Ebrard precisamente sacándole al SME a la calle de aquí hasta 2012. Se impone ante un PRD fracturado y exhibe sin tapujos, lo que debería ser una vergüenza: Padierna y Bejarano de vuelta a la escena. Esto le restará votos, él lo sabe.
En fin que va por el mismo camino que recorrió en el edomex, pero esta ocasión a nivel nacional. Y al final, el PRI reirá y el ciudadano se quedará boleta en mano volteando de un lado a otro sin saber para dónde correr puesto que los extremos están caídos, sólo el centro se sostiene. Y él lo sabe.
Si de verás se preocupara por México, aceptaría que ya no es el candidato fuerte para la presidencia y se haría a un lado por el bien de todos. Pero del tema de saber perder, él no sabe.
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