Ruido, mucho ruido es lo que hay en el escenario político nacional. Es conveniente dar un vistazo a los actos y palabras de los que están interesados en el poder, hacer a un lado la paja e intentar interpretar sus verdaderas intenciones. Por lo pronto, sostengo que es falso decir que hay un movimiento “Todos unidos contra Peña Nieto” es más bien “Todos unidos a favor de Peña Nieto”
Los Medios
En algunos programas y columnas, en tanto que tienen oportunidad, no dudan en elogiar el desempeño y las medidas tomadas en ciertos rubros por el Jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, ventilan abiertamente su beneplácito de verlo en las boletas electorales de 2012 y no escatiman en las comparaciones entre éste y su adversario dentro de la izquierda, López Obrador, a quien les conviene disminuir en su lance contra Peña Nieto, pero mantener vivo en su afán de polarizar todo y destruir posibles acuerdos. Sin embargo, al tratar el tema de las alianzas -mismas que Ebrard apoya- la postura de los mismos comunicadores es feroz en contra de éstas.
Sabedores de los números que arrojan las encuestas y las experiencias vividas en varias entidades del país, lanzan la tramposa idea de simpatizar con la imagen de un líder de izquierda (Ebrard), progresista y pacifista que de ir solo como candidato de izquierda no podría ganar, mientras que califican de “espuria” y carente de ideología una alianza con la derecha, con lo que condenan a Ebrard frente al electorado, por su insistencia a favor de las alianzas.
Al final, esta ecuación da como resultado su favoritismo por el Golden boy priista. Argumentos válidos, intenciones perversas. El desplante de algunos medios al anticiparse a la consulta ciudadana en el edomex, ordenando una encuesta telefónica al vapor y sin rigidez en el procedimiento para realizarla, como ellos mismos lo reconocieron, es una clara postura contra las alianzas y el miedo que les provoca. Nos da a entender que el interés es el de minimizar los posibles resultados de la consulta y hasta aventurarse a predecirlos con singular irresponsabilidad.
AMLO
Muchos podrán decir que este personaje sólo está a favor de si mismo y si así fuera, en el pecado lleva la penitencia. El tabasqueño es conciente -el que más- de su desgaste político; por tanto, el cálculo de aglutinar cantidades significativas de simpatizantes provenientes de todos los partidos e ideologías para apoyarlo en su movimiento MORENA y competir por la presidencia, es ilusorio.
Sumándose a lo que pudiera ser una candidatura de Ebrard, de principio los números no darían si no se va en alianza, pero las posibilidades de construir una opción competitiva aumentarían y entonces el electorado indeciso y sin partido podría sentirse atraído. Pero no, ni se suma, ni se hace a un lado, su postura en contra de las alianzas cuando no le convienen, lo convierte en aliado del proyecto peñista. ¿Sus argumentos son coherentes? Quizás, pero de nada sirven al bien de los que no se sienten identificados con el PRI.
PAN
El presidente del PAN, Gustavo Madero, recurre a un solo dicho: su punto de vista sobre el atractivo físico del priista. Vaya pobreza argumentativa, cuando se refiere al tema es lo único que puede decir, no hay palabras para proponer ideas. Son varias las ocasiones desde que asumió la presidencia panista, en las que se limita a repetir esto una y otra vez. Si Madero cree que ser guapo es el arma secreta de Peña Nieto y único factor para ganar, pues que postule a Luis Miguel por el PAN, al fin y al cabo el Presidente ya dio luz verde para candidatear a cualquiera aunque no sea militante.
Qué sucede con este tipo de declaraciones: ¿evidencian la falta de argumentos políticos para convencer? o ¿la falta de voluntad para construir una candidatura competitiva? Muchos quienes critican la incoherencia ideológica de las alianzas, se valen de estas carencias en los argumentos para calificarlas negativamente. Son los líderes de los partidos quienes le restan valor a las posibles alianzas. En realidad no hay ideología, ni coincidencias en los programas, ni ideas, ni vocación, ni profesionalismo. Muchos ciudadanos están a favor de las alianzas, pero los artífices de estas, dejan mucho que desear a la hora de presentar su oferta y por tanto, benefician al proyecto priista.
El Presidente Calderón
Como buen mexicano, el Presidente dejó para el último tercio de su mandato la preocupación por mantener al PAN en Los Pinos y en lugar de que este deseo se reflejara desde el principio con acuerdos y programas impecables en todos los pendientes que dejó su antecesor y los heredados del régimen priista, ahora se concentra sólo en el capricho de no entregar su gobierno en manos del PRI. Si como algunos dicen el Presidente tiene un as bajo la manga, este as debió haber sido el de una gestión ejemplar desde el inicio de su mandato. Son todos los frentes que aun quedan abiertos en este sexenio panista los que le dan a un sector del electorado el desánimo suficiente como para pensar en votar de nuevo por el nunca nuevo PRI de Peña Nieto.
Estamos presenciando el actuar de hombres que aseguran ser imparciales y políticos que afirman estar en contra del regreso del PRI, pero que en los hechos, sólo lo están acercando más.
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