No es casualidad que después de la consulta ciudadana que se manifestó en favor de las alianzas para la contienda electoral del Estado de México; Marcelo Ebrard, Jefe de Gobierno capitalino, haya aparecido levantándole la mano al posible candidato por las izquierdas, Alejandro Encinas.
Posiblemente la lectura que hizo Ebrard de lo ocurrido el domingo, es que si bien la idea aliancista no es mal vista por un sector de la población, no sea este el momento para invertir todo su capital político (que es mucho) en ellas y guardarse para la batalla final por la carrera a la presidencia de la república.
Después de todo, la posibilidad de atraer a Eruviel Ávila como candidato por la alianza PAN-PRD está descartada por la jugada del Gobernador Peña Nieto y hay que reconocer que hasta ahora no se ve quién pueda dar batalla en una unión izquierda-derecha contra las figuras de Encinas y el priista.
La estrategia seguida por Marcelo, posicionándose dentro y fuera de su partido como un hombre con capacidad conciliadora, pacifista y progresista, lo convierte en una imagen muy atractiva para una buena parte del electorado, que está cansado de las actitudes intransigentes y polarizadoras de los políticos de siempre y sobre todo, de la amenaza que representa el regreso del PRI a los Pinos.
La señal que envía al presentarse con Alejandro Encinas, es sin duda la de un hombre interesado en el beneficio de la sociedad mexiquense que enfrenta en este momento la disyuntiva de inclinarse por una opción política u otra, en ese sentido, parece que Ebrard ha optado por lo más razonable, proveerle al los mexiquenses un clima menos denso y aligerarle la carga de tanta oferta política para que las reflexiones del elector a la hora de votar sean más claras.
No es novedad que en el PAN hayan celebrado el resultado de la consulta, puesto que no se ve en sus cuadros un aspirante que compita solo por su partido con opciones de ganar, luego entonces es entendible que ellos insistan hasta el último para llevar a cabo una alianza, pero en esto de adaptarse a lo que más conviene para la mayoría, Marcelo sabe.
Yo creo que sin una alianza, Avila va a entrar a la gubernatura como Pedro por su casa.
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