Un Presidenciable menos

Después de las declaraciones que; por error, conciencia traicionera o cinismo puro, vertió el Secretario de Hacienda Ernesto Cordero sobre los infames $6,000 pesos con los que sobreviven una inmensa mayoría de los mexicanos, se ve difícil que alguien dentro del Gobierno Federal o al interior de su partido se anime a postularlo como posible candidato a la presidencia.

Se le mencionaba como un presidenciable con cierta insistencia y él se descartó en un programa de televisión, pero con eso de que los políticos hacen todo lo contrario a lo que afirman, había quienes todavía no lo daban por descontado.

Pero ante el descuido de no pensar antes de hablar y con lo particularmente participativas y exigentes que están las redes sociales hoy en día, una pifia así no se perdona y estando en un periodo crítico de destape de posibles candidatos, espero mayor sensibilidad por parte de quienes deciden dichas candidaturas para no burlarse de lo expresado estridentemente por la opinión pública y no lo vayan a querer considerar como un presidencial.

Más les vale a los líderes políticos, medios de comunicación, círculos de poder y agencias especializadas en la creación de campañas, escoger bien a sus representantes, pulir bien sus propuestas y su imagen, ya que en el pasado reciente, hay muestras muy claras de que México está entrando en una dinámica muy positiva de participación y activismo con herramientas novedosas, eficientes e influyentes, no vistas ni utilizadas a conciencia en elecciones anteriores.

Somos testigos de la parálisis que provoca el hecho de tener un gobernante impopular en gobiernos locales y el federal y ya no queremos más de eso. Por lo que a las redes sociales y opinión publica en general concierne, Cordero es un presidenciable menos, si los señores del poder lo quieren ignorar estarán cometiendo un grave error.

Recuerdo que en 2006 buena parte del proselitismo y promoción de las campañas a cargo de los partidos políticos y sobre todo espontáneos militantes, se llevó a cabo a través del fax, hoy en día estamos muy lejos de eso, aunque parezca que fue ayer.

Bienvenidos los medios alternativos para potenciar la participación ciudadana que le otorgan al mexicano un poder que antes no tenía. Quien no lo quiera ver, que a su suerte se atenga.