Grupo Carso contra Televisa

Se abre un nuevo capítulo de confrontación en este México confrontado. Ahora, el conflicto es entre dos titanes económicos, las empresas del tycoon Carlos Slim y la empresa Televisa, del empresario Emilio Azcárraga. Lecturas del problema puede haber varias, en esta ocasión me quiero concentrar sólo en dos posibles.

La económica.

De acuerdo a lo declarado por los representantes de ambas empresas hasta ahora, el desacuerdo es estrictamente comercial. Mientras Televisa minimiza el impacto financiero en sus resultados, por la medida que el Grupo Carso tomó al retirar toda la publicidad de las empresas de su propiedad en sus canales de televisión, los representantes del Ingeniero Slim explican que el motivo fue el repentino  incremento de precios en publicidad por parte de la televisora y nada más. Es cierto que Televisa no se puede dar el lujo de perder un cliente como Carso, pero también es cierto que Carso necesita la difusión de sus productos en uno de los medios más influyentes de México. Si las versiones son ciertas, la negociación podría derivar en un acuerdo y pronto veríamos a empresas como Telcel anunciándose en el Canal de las Estrellas. Y punto.

Pero podría haber un trasfondo un poco más complicado.

La política.

En los más recientes acontecimientos, dos comunicadores ventilaron algunas acusaciones que no son ajenas a la opinión pública, pero llama la atención que ahora lo hagan abierta y beligerantemente desde los medios en clara confrontación, es muy importante mencionar que dichas acusaciones se registraron previo al anuncio de cancelación de la publicidad de las empresas Carso.

Carmen Aristegui acusó directamente al Gobierno de Felipe Calderón de “presiones que se ejercen con el franco motivo de favorecer a los poderes dominantes de las telecomunicaciones” y agregó, “que estos poderes constituyen un monopolio televisivo”. La alusión por parte de la periodista es clara, su afirmación es la de que el gobierno favorece a Televisa en perjuicio de otros medios y comunicadores con menos poder.

Del otro lado, en el programa “Tercer Grado” el periodista Carlos Loret de Mola (no tengo pruebas para pensar que fue a título personal o por encargo de Televisa) mencionó que  quien estaba detrás de la decisión en el regreso de Carmen Aristegui era precisamente el empresario más rico del mundo, dado el respaldo económico que éste le proporciona a MVS, y agregó que, “quien no podía darse el lujo de que se perdiera el espacio de Carmen Aristegui es Carlos Slim, ya que es el único espacio en medios electrónicos en el que de manera sistemática se ataca a su principal adversario, Televisa”. Carlos Loret acusa a Slim de por lo menos estar contento con los “ataques” contra Televisa, si no es que de solicitarlos, puesto que el periodista insinúa que Carlos Slim ordenó el regreso de Aristegui.

Antecedentes para que el Lector juzgue.

Es “vox populi” que la empresa Televisa se encarga del manejo de imagen en medios y posiblemente del manejo total de la futura campaña del aspirante a la candidatura por el PRI a contender por la presidencia de la republica en 2012, Enrique Peña Nieto. En el camino ha habido argumentos que pretenden probar lo anterior, algunos muy serios y sustentados, otros aberrantes. Pero lo cierto es que si una postura y estrategia política por parte de Televisa a favor de sus intereses, va en detrimento de los intereses del Grupo Carso (que son tener la posibilidad de entrar en el concierto de la oferta de canales de televisión abierta formando una poderosa tercera cadena), se puede adelantar y entender una postura política contraria por parte de Carlos Slim, por una simple lógica de negocios, tener en la presidencia a alguien a modo para su conveniencia, distinto a Peña Nieto.

Para sustentar que el magnate mexicano tiene simpatías por una propuesta política distinta a la priista, está la cercanía que desde antes de 2006 ha registrado Andrés Manuel López Obrador a la figura de Slim. Es el único empresario, o por lo menos el más vistoso, al que el Tabasqueño no señala como parte de la “mafia en el poder”. Se ha llevado en sus declaraciones a propios y extraños, pero nunca al Ingeniero. Incluso el círculo más cercano, duro y leal a AMLO, en ocasiones se desvive en elogios al máximo representante del capitalismo y esto no sería posible sin la venia de su líder. No sería extraño que para el empresario, el líder de MORENA fuera una opción -si no es que la única- para posicionarlo en la silla presidencial y así obtener lo que tanto desea y Televisa impide.

Con los recursos mediáticos y financieros con los que ambos cuentan, la polarización que México vivió hace algunos años, sería cosa de niños comparada con la que podríamos padecer desde ahora y más allá del desenlace de las elecciones de 2012.

No es descabellado pensar, que en los conflictos antes mencionados, lleguen a un acuerdo antes de que estalle el choque de titanes. Al fin y al cabo, son empresarios y buscan fortalecer y extender sus negocios (tentáculos), ellos no son activistas políticos, ni salvadores de la patria y esto no es para nada…un pleito callejero. Al tiempo.