Tony Blair: Un error

A propósito de las nuevas audiencias llevadas a cabo en Londres para clarificar lo correspondiente a la decisión tomada por Tony  Blair de apoyar a George Bush en lo que en aquel entonces era un intento por derrocar a Sadam Husein (lo cual a la postre consiguieron), llegó a mi mente la reflexión de cómo un error puede borrar de tajo ante la opinión pública una lista de aciertos y no sólo eso, también convertirte en un villano.

El clima político británico era incierto y confuso previo a las elecciones en las que Tony Blair sería elegido Primer Ministro.

Tal era la incertidumbre de ganar aquellas elecciones, que en su afán por afianzar su postulación y conseguir todos los apoyos necesarios, se dio cita para comprometer el manejo financiero de su administración con el otrora fuerte Laborista escocés, Gordon Brown. Paradójicamente, esta reunión se lleva a cabo en un pequeño y modesto restaurante de comida mexicana en Londres, de nombre “Desperados”, lo que ilustra a la perfección el estado de ánimo del partido Laborista y su líder Blair en aquel entonces.

Ahí mismo comprometió con el escocés su sucesión, lo que ocurrió puntualmente.

El partido conservador, dejaba una Gran Bretaña vieja, cansada, con un desempleo rampante y desinteresado de lo que ocurría en el concierto político mundial. A la llegada del progresista Tony Blair, las cosas comenzaron a cambiar para bien y entre otras cosas, el empleo alcanzó cifras record. La economía creció, la Libra Esterlina se fortaleció, las opiniones y liderazgo político británico no sólo en la Unión Económica Europea, sino también a nivel mundial, eran incuestionables.

Lo avances y logros en cuanto a la política social y el apoyo otorgado por el Estado a los que menos tenían floreció y la etapa de crecimiento se sostenía. Luego llegó lo que muchos suponen el cobro de una factura norteamericana, la solicitud de apoyo para invadir Iraq. El resto es historia.

Prácticamente obligado a salir por la puerta de atrás y recordado por muchos como un villano o por lo menos como un pelele norteamericano. Cometió un error, sólo uno.  

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