Los contrincantes en trincheras muy dispares, con diferente armamento, con fortalezas y debilidades, vulnerables pero osados. Así se ven hoy:
El PRI
Cuenta con dinero, mucho dinero. Gubernaturas, Congresos locales y estatales controlados por ellos, nunca se han ido, ahí estaban esperando el momento que se vive, confuso, fuera de control. Cuentan con una gran influencia por todos los compromisos adquiridos históricamente con la Industria privada (monopolios), organizaciones campesinas, laborales, sindicatos, etc. Parecen sus mejores aliados en este momento sus adversarios políticos, desorganizados, mezquinos. Hay un gran sector de la población, en su mayoría adultos dispuestos a votar, convencidos de que antes se estaba mejor. Las antiguas prácticas paternalistas del PRI hacia un pueblo acostumbrado a estirar la mano y su habilidad para pactar con los actores más violentos con el propósito de administrar la criminalidad y con ello, la percepción aunque sea ficticia de paz social, reditúan. Todavía hoy, existe gente que quiere que alguien más les resuelva sus problemas y prefiere voltear hacia otro lado antes de afrontar la realidad y ser parte de la solución. Tienen un más que posible candidato que fotografía bien y que cuenta con el beneplácito de medios de comunicación para festejar y difundir sus frivolidades. Frases prefabricadas, subjetivas: "Atender de manera directa y frontal la pobreza", no hay fondo sino forma. Elba Esther Gordillo y su máquina electoral, el SNTE, dispuestos a todo por el PRI.
El PRD
Teniendo su mayor oportunidad en 2006, han venido fragmentando el bloque en uno de los pocos momentos históricos en que la izquierda se organizó en nuestro país. Errores y aciertos, algunos liderazgos sin disposición a negociar por el bien de un proyecto nacional progresista y liberal, otros sin la fortaleza para poner orden y cohesionar, han traído a la izquierda mexicana a lo que yo creo que es una falta de identidad y además, de identificación con las masas del país que se encuentran principalmente en las clases medias y que en definitiva, decidirán quién será el próximo presidente. La mala imagen pública provocada por la exhibición de sus diferencias y pleitos, algunos actos de corrupción y la radicalización de algunos de sus grupos será quizá, el peor enemigo en sus aspiraciones por acceder al poder de la república. Voluntad política y altura de miras, es probablemente la receta para llegar en forma a la cita de 2012.
El PAN
Buenos administradores, malos gobernantes, peores lideres y comunicadores. No se les ve muy entusiasmados con la idea de prolongar su estancia en Los Pinos otros seis años.
El resto de los partidos: Sanguijuelas.
La guerra electoral apenas comienza. No haga apuestas, participe.
Lo fundamental en el proceso democrático de nuestro país es, en primer lugar entender que un cambio de algo que fue igual por ochenta años no se dará en 12 años y en segundo lugar, entender que votar no consiste en apretar un botón para que alguien resuelva nuestros problemas, viene ahora la parte que aun no maduramos, nuestra responsabilidad ciudadana...
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