El País de las condenas

Los políticos mexicanos han aprendido bien eso del discurso hipócrita, en tanto ocurre un acto deplorable en el país donde se involucra la ineficiencia en la procuración de justicia, el nulo desempeño de la autoridad en la prevención de delitos y los actos de corrupción, rápido salen a “condenar” los hechos.

Hasta en eventos de carácter internacional como los ocurridos hace poco en Arizona, cuando fueron asesinados por lo menos seis personas en un acto político, nuestros políticos y funcionarios “condenaron” esos actos, al fin que no cuesta nada, se oye bonito y hasta con carácter.

Y es que es muy fácil salir a decir eso en lugar de declarar “mea culpa” en muchas de las desgracias que por negligencia, poco profesionalismo político y de servicio público ocurren en México. Ahí están los Alcaldes asesinados en la primera quincena de Enero, ¿qué nos dice la SEGOB?: “Condenamos los crímenes”. Deseable sería que a estas alturas ya tuvieran líneas de investigación sólidas y estuvieran cerca de los criminales, pero no, por lo pronto hay que conformarse con una “condena” y ya se nos irá olvidando, esa es su apuesta.

Después de las llamadas intervenidas y dadas a conocer públicamente, donde Julio Cesar Godoy Toscano sostiene una conversación con uno de los miembros de la familia michoacana, en clara complicidad con estos, los mismos personajes del PRD que lo ayudaron a entrar al palacio legislativo de San Lázaro a rendir protesta en una cínica burla contra las investigaciones que se llevaban a cabo en su contra, “condenan” los actos de su ex correligionario.

Y hay más palabras en su léxico que los ayudan a lavar sus manos, está por ejemplo: “Exhorto” y “Presunto”

Vaya desde esta humilde columna: Una “condena” a esos “presuntos” servidores públicos, los “exhorto” a ponerse a trabajar por y para el país de manera honesta, profesional y eficiente.