Marcelo Ebrard comentó que hay un pacto entre él y el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, para no caer en un conflicto previo en busca de la Presidencia de la República.
Lo gracioso es que se tenga que llegar a la necesidad de un pacto para hacer y ordenar hacer a los suyos, algo que como sociedad civilizada estamos obligados, sobre todo ellos que son los encargados de gobernar dos entidades y aspiran a la presidencia.
Parece que lo normal para ellos es el encono y la violencia de cualquier tipo como práctica común, siempre y cuando no se haya pactado antes lo contrario.
Es obligación de los candidatos, partidos políticos y ciudadanos dar por sentado que todos los ámbitos de la vida en una sociedad que aspira a ser mejor deben ser llevados en paz. Los diferentes puntos de vista, la diversidad, los fracasos políticos, etc. no son pretexto para que se responda de manera violenta en el escenario de una derrota cualquiera que esta sea. Pactar el “no conflicto”, es aceptar ser conflictivo.
Anótelo, Ebrard dijo: “PARA NO CAER EN CONFLICTO PREVIO” Pero nunca dijo: “Y POSTERIOR”.
La tentación de emular el conflicto post-electoral de 2006 en varios de los actores que quieren llegar a la presidencia es grande y si no, al tiempo.
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