Ante el aumento o posible aumento del precio de la tortilla, la reacción del jefe de gobierno capitalino no se dejó esperar. Marcelo Ebrard anunció que desistirá de la propuesta de aumento a las tarifas de agua y que los funcionarios de su administración no recibirán aumento en sus salarios, ni siquiera el aumento inflacionario.
Por lo menos es una actitud que refleja solidaridad a la tan golpeada economía familiar, si bien no resuelve todos los problemas, algo es algo.
Ahora bien, esto sólo es en beneficio de los capitalinos y no así para el resto de los mexicanos.
Es por eso que pregunto: ¿Y los demás gobernadores?
Es una excelente oportunidad para todos los gobernantes de anotarse unos puntitos, vienen dos años de ambiente electoral muy cargados. Denle a sus gobernados un aliciente para estar contentos con Ustedes y con los de su partido, gánense las simpatías.
Debe haber en sus Estados muchos aumentos en puerta que revisar y echar para atrás en beneficio de los que pagan su sueldo, léase: el pueblo.
Esto también es competir, rebásense por la izquierda entre todos. Pero esta vez que sea cierto.
En ésta Ebrard va a la delantera, por la izquierda, pero cargadito al centro.
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